Más de 350 agricultores y ganaderos han apoyado los actos de protesta que se han llevado a cabo durante esta mañana y que han tenido su centro en el cruce de Los Abetos y en Tudela. “Estamos cansados”, “hartos”, “nos sentimos abandonados” han sido algunas de las expresiones más oídas en las concentraciones. Los puntos críticos han sido en Tudela, a lo largo de toda la mañana donde más de 150 tractores han colapsado distintas vías de la capital ribera por donde pasaban, especialmete el Vial de Merindades a primera hora y hacia las 11.30 cuando han atravesado la avenida de Zaragoza y lo mismo hacia las 13.45 cuando se han dirigido hacia el Polígono de La Barrena haciendo sonar sus bocinas y donde se han concentrado todos los participantes y donde van a decidir si continuar las protestas en los próximos días. Por otro lado en el cruce de Los Abetos más de medio centenar han cortado la circulación de la N-113 en varias ocasiones, con cortes esporádicos de 5 ó 10 minutos con la mirada y observación constante de la Guardia Civil.

En todo momento la protesta ha contado con el apoyo de la población ya que no se han registrado ni quejas ni gritos por las molestias, muy al contrario, desde las aceras de Tudela se veían aplausos y gritos de apoyo y la comprensión de los conductores de vehículos ha sido constante. El número de participantes ha sido mayor del anunciado inicialmente.

Medio centenar de agricultores cortando esta mañana la N-113 en Los Abetos. Fermín Pérez Nievas

Entre los participantes se encontraba Ramón Mateo, de 43 años y agricultor de Cabanillas. “Nos sentimos abandonados, la gente cree que somos unos parásitos de la sociedad y que vivimos de las ayudas”. Ramón, al igual que otros han decidido salir porque “sentimos que los sindicatos no nos hacen caso” y para él lo que hasta ahora era su hobby, “la agricultura es una forma de vivir” ve que “desde hace tiempo no disfruto. Tengo que hacer de abogado, de administrador, de jardinero… han creado una reforma de la PAC en la que no han contad con nosotros. Nos exigen cosas que no exigen a los productos que vienen de fuera”. Este cabanillero reconoce que la intención primera “es llamar la atención de la ciudadanía y de los sindicatos sobre nuestra situación, para que se pongan a trabajar en conseguir acuerdos”.

Adrián Zapata, de Milagro, a sus 33 años lleva 10 en el campo y ha sido uno de los que ha coordinado la marcha que se ha concentrado en Los Abetos. Ha dejado sin plantar el brócoli en sus campos para salir a protestar. “No es que empeore la situación, es que cada día que pasa es el peor día para el agricultor. Tanta ley y tanta burocracia nos está llevando a que nadie joven quiera seguir en esto. Es mejor ir a vender coca colas a la playa que estar aquí en el campo”. Este milagrés indica que el abandono no es un sentimiento sino una realidad, “no es que nos sintamos abandonados, es que estamos abandonados. Es algo ridículo y nefasto las leyes que nos están implementando. Son abusivas y sin control y nos llevan a la ruina”.

Tractores colapsando el vial de Merindades en Tudela Fermín Pérez Nievas

Desde Villafranca y Cadreita han llegado a Los Abetos Carmelo Segura y Óscar López, con cierta esperanza por la cantidad de gente joven y la cantidad de agricultores que se ha sumado a la protesta. “Esto para los sindictaos tiene que ser un escándalo. Es raro es que se movilice tanta gente sin los sindicatos detrás. Que se haya movido todo esto con solo un grupo de watsasp de gente quemada es impresionante. Aquí no hay ni ultraderecha ni ultraizquierda, no hay más que agricultores; a pecho descubierto además”, explica Óscar.

“La gente está muy desmotivada y con ganas de abandonar”, asegura Carmelo. “No podemos competir con los que vienen de abajo porque a ellos les dejan todos los fitosanitarios que quieran. En cinco años nos han quitado 300 fitosanitarios. Al final vamos a tener que matar los insectos a insultos”, indica. Este villafranqués ve el futuro muy negro, “toda una vida creando tu explotación, aumentándola a base de muchos préstamos para ver que el futuro que vas a dejar a tus hijos no funciona. La sociedad debe saber que la gente que se queja es por algo. No venimos aquí por gusto, nos cuesta dinero la gasolina, dejar el campo, las posibles multas… pero si no luchamos nosotros por nosotros, ¿quien va a luchar?”, se pregunta.

Óscar además de agricultor es ganadero y solo con nombrarlo se indigna más. “Ahora nos han metido una ley del bienestar animal que nos han dejado acojonados. Nos reducen un 20% el censo ganadero porque les sale de ahí a los iluminados de Bruselas. Tengo una granja de cerdos y me van a reducir un 20% de mi explotación por el bienestar animal. El bienestar animal me interesa, soy el primero que quiero que estén bien, comemos de ellos, pero igual lo que tienen que hacer es una ley para el bienestar del ganadero y de los camioneros que están igual de jodidos que nosotros”.

Con sus chalecos mientras cortan la N-113, cuentan cómo los dos tie nen hijos de la misma quinta, de 17 años, “¿cómo vamos a decir a nuestros hijos que se queden en el campo si estamos cansos y aborrecidos? Luego que si el despoblamiento, que si historias... Los que estamos estamos, estamos hartos. A mi hijo le digo, ¡anda hazte aunque sea afilador que vas a estar mejor!”, explica Óscar mirando a Carmelo.

Óscar López y Carmelo Segura durante la protesta de hoy Fermín Pérez Nievas

Junto a ellos está también un experimentado Alejandro, de Valtierra, que lleva 35 años trabajando en el campo y ha llegado a Los Abetos con 20 compañeros de la localidad. “Cada día vamos a peor con lo que nos hacen con la trazabilidad. Los productos de otros países vienen sin mirar la trazabilidad y a nosotros nos la miran con lupa. Se acuerdan de los agricultores cuando hay pandemias, cuando hay incendios y cuando nos reivindicamos ya no”. Para él las jornadas no acaban cuando vuelve del campo, “entonces tengo que empezar a hacer papeleo. Si estamos en el tractor o trabajando no puede ser que cuando llegues a las 10 de la noche tengas que hacer papeles. Tenemos que tirar de asesorías que nos cuesta mucho dinero para tener todo en regla y aún así no están contentos. Me gustaría ser optimista con estas movilizaciones y una cosa positiva hoy es que veo mucha juventud; para que el campo salga adelante tiene que haber juventud”.