El colectivo ecologista Gurelur ha criticado los comentarios de los agricultores de la Ribera que achacaba a la falta de limpieza del Ebro y el incremento de la presencia de castores a los daños que, cada vez con más frecuencia, generan las inundaciones. A su juicio estos comentarios son “demagogia” y les “falta base científica”, ya que, señalan “una vez más, se utiliza de chivo expiatorio a la fauna silvestre, cuando la responsabilidad es del ser humano, en concreto de los responsables administrativos del cuidado de los ecosistemas fluviales”. La semana pasada, con las riadas, agricultores de la Ribera había señalado que “hay una plaga de castores que hacen escorredores y presas en el río y taponan los ojos de los puentes y las acequias”.

Gurelur asegura que los castores “aprovechan la escasa vegetación ribereña que hemos dejado tras esquilmar sus orillas, reducida a una o pocas filas de arbolillos. Ese grave deterioro de las orillas es lo que favorece que las riadas alcancen la virulencia denunciada por los agricultores, al no haber barreras naturales, los sotos fluviales, que detengan y desvíen el agua a zonas naturales como madres y llanuras de inundación”. En este sentido aseguran que los castores al acumular vegetación en ciertas zonas proporcionan un filtro natural que depura el agua que pasa por sus madrigueras y construcciones, acumulaciones que en ningún caso ocasionan los problemas descritos por los agricultores. “Si hubiera miles de árboles y cientos de hectáreas de sotos fluviales, que es lo que los ríos y nosotros necesitamos para su correcta conservación, ni sabríamos que están los castores”.

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El pico de la riada del Ebro pasa por la Ribera sin demasiados daños en cultivos Fermín Pérez-Nievas

En este sentido recuerdan que “antes de la presencia de castores ya sucedían riadas e inundaciones y los remedios que se han aplicado y que demanda el sindicato agroganadero no han dado nunca resultados prácticos, excepto para los bolsillos de algunas contratas y muchas veces trasladando el problema aguas abajo. “Las riadas excepcionales, que es de lo que estamos tratando, se llevan por delante infraestructuras, casas y todo lo que pillan por delante y la amalgama de ramas y troncos que forman los castores está perfectamente adaptada a reventar con las riadas y no a frenarlas ni agravarlas”, aseguran.

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Riada del Arga y Ultzama a su paso por Rochapea, Txantrea, Magdalena, Burlada, Villava y localidades de la comarca Iban Aguinaga

Gurelur demanda la protección y conservación de las orillas y riberas naturales, “dando espacio al río y por ende a todos los seres vivos que lo habitan, incluidos los demonizados castores”.