La actual aplicación de la nueva ordenanza de terrazas podría modificar el negocio hostelero en Estella-Lizarra ya que los bares perderían el derecho de ocupación de varias de las mesas que actualmente disponen. Se trata de una norma que se aplicará a más de cincuenta locales que cuentan con servicios de todo tipo y tamaño en la vía pública y que, en muchos casos, se verán afectados por la nueva regulación. 

Es el caso del Bar La Conrada que llegó a de disponer de licencia de 25 mesas y que en el futuro sólo podrá disponer de 12. Es el cálculo que han realizado los servicios municipales; una diferencia que mermará las posibilidades de negocio del establecimiento y también reducirá considerablemente la recaudación del Ayuntamiento

Detrás de esta norma el intento de regularizar los servicios de terraza de Estella-Lizarra que dio lugar a una nueva normativa que después de aprobarse en 2.022 todavía no se había puesto en marcha tras publicarse en el BON de marzo de 2024. “Dicen que es como consecuencia de la pandemia pero no sé si han dado cuenta de que desde entonces ha habido un antes y un después y que la realidad ha cambiado. Ahora las costumbres son otras y la gente quiere estar fuera de los bares y más en primavera y verano”, aseguraba Carla Carvajal desde su terraza en la plaza de los Fueros. Un espacio donde en apenas 50 metros tiene que meter 12 mesas sin apenas separación entre ellas, “los cálculos del espacio están hechos por alguien que no conoce el funcionamiento de las terrazas donde es necesaria una separación entre las mesas para los consumidores y para poder se atendidos por los camareros”. 

Un caso similar a la terraza del Orreaga en la calle San Andrés: “nos pidieron que dejáramos parte de la ocupación de la calle y reducido a 12 mesas”, comenta Arantxa Murguialday. Una decisión que le llevó a pedir en el pleno del mes de abril que la norma afectara a todos los establecimientos a la vez. El tema sigue sin aplicarse a la espera de que todos los locales reciban el anuncio municipal. El futuro de su terraza de penderá de variantes que no terminan de entender: unas veces parece que la norma atiende a la longitud de la fachada pero también hay otras como el tamaño del local “no sabemos muy bien a qué se basan desde el área de Urbanismo y Vivienda”. 

Entre las consecuencias inmediatas, los hosteleros ven muy claro que Estella perderá buena parte de la recaudación de los impuestos por la ocupación de las mesas, los servicios que se ofrecían desde los bares y unos cuantos puestos de trabajo “yo había pedido incrementar el número de mesas y resulta que con esta norma me lo rebajan por lo que si nos lo aplican tendremos que prescindir de un camarero”, aseguró Carvajal. 

La temporada de las terrazas ha arrancado ya su mejor periodo pero sobre ella en la ciudad del Ega pende la amenaza de recortar el número de mesas a las puertas del verano con la presión de los cientos de peregrinos y visitantes de la ciudad en vísperas de la Semana Medieval y las fiestas patronales “sin saber si podremos mantener abiertas las terrazas como habíamos pensado o no”. De momento, las resoluciones que van llegando apremian a los hosteleros a que adapten sus terrazas a la nueva norma y la polémica está “servida pero calentita”.