Las escuelas de música de Lumbier y Roncal se han hermanado con sendos conciertos de fin de curso. La iniciativa la ha iniciado la lumbierina Banda Txiki de la Escuela de Música Joaquín Larregla con un reciente concierto en el Colegio Publico Julián Gayarre/ DBHI Ainariak IESO.

El año que viene como colofón de fin de curso, el alumnado de la Escuela de Música del Valle de Roncal les devolverá la visita con su concierto y será la de Lumbier la que agasajará a sus invitados.

“Ha sido un desplazamiento sin precedentes. Nunca se había hecho un intercambio de estas características. Cargar los instrumentos, montar en el autobús en grupo acompañados de familiares. Una experiencia bonita y sencilla que ha bordado el final de curso ”, explica el director de la Banda Txiki, Daniel Aristu Rebolé.

La Banda Txiki de Lumbier prácticamente al completo. Cedida

Recuerda que la idea surgió, precisamente porque faltaba la guinda a las actividades del año y al cierre de las clases de música, en una conversación con la directora de la Escuela de Música del Valle de Roncal, Izaskun Esparza Ojer, a su vez, profesora de Lenguaje Musical y Piano en la escuela de Lumbier. “Queríamos ofrecer una experiencia redonda, con música, excursión y merienda para que sientan a la vez que viajar será parte de su futuro musical”, añade.

Participaron en el concierto más de treinta músicos de edades comprendidas entre los 10 y 14 años y algún miembro que ha colaborado desde los 8. Entre canción y canción, el director explicó los diferentes sonidos de los instrumentos, el orden de colocación, los temas de un repertorio divertido y también instructivo.

El concierto, asegura, despertó interés también por el conjunto de instrumentos de viento, del que carece la escuela de Roncal. “Practican otro tipo de instrumentos. Podría decirse, de este modo, que cada escuela rural tiene los suyos”, constata.

El fuerte de la de Roncal son los combos, apunta su directora. El año que viene sonarán en Lumbier, también llevarán el Coro Txiki y mostrarán instrumentos como la guitarra eléctrica. “Se trata de enseñar la diversidad en un intercambio súper enriquecedor”, apunta al tiempo que reconoce la dedicación de la Banda Txiki de Lumbier, “que sonó increíble”, concluye.