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Estella y Merindad

Preocupación en la zona de Andía por los intensos daños que deja la superpoblación de jabalíes

Agricultores, ganaderos y cazadores de Tierra Estella piden a la Administración que se haga cargo de la reparación de los perjuicios ocasionados por estos animales "itinerantes"

Preocupación en la zona de Andía por los intensos daños que deja la superpoblación de jabalíesJavier Arizaleta

Agricultores, cazadores y ganaderos de Andía hicieron públicos ayer los problemas que están sufriendo por la población desmesurada de jabalíes en su zona y “en toda Navarra”. Un problema que calificaron como “preocupante e insoportable” para el sector agroganadero y para los cazadores, a quienes “nos han dejado solos como responsables de los daños: “Nos obligan a tomar medidas sobre algo que no está bajo nuestro control sin poder tomar decisiones debido a la normativas vigentes”. 

“Los jabalíes destruyen nuestros cultivos, causan accidentes, destruyen la fauna autóctona, propagan enfermedades y generan temor a los ciudadanos en entornos periurbanos. Desde Lezaun hasta Eraul (Tierra Estella) estamos experimentando todas esas consecuencias”. "No podemos soportar los daños agrícolas no ya por lo que comen si no por lo que destruyen”, aseguró desde el coto de Abárzuza, Ibiricu e Iruñuela, Sergio San Martín. Desde los cotos se toman medidas como cañones ahuyenta-jabalíes, pastores eléctricos o esperas nocturnas. Con todo, los daños siguen incrementándose y las compañías de seguros no disponen de pólizas que cubran de manera efectiva estos percances. “Al final optamos por sembrar variedades de cereales menos productivas y con raspa en las zonas cercanas al monte para paliar los daños”, aseguró el agricultor de Abárzuza, Jesús Mari Sainz.

Imagen del rastro de los jabalíes

La responsabilidad de los cotos en este tipo de denuncias supera sus posibilidades: “Es una situación que nos sobrepasa y si no cambia pronto podría hacer que abandonemos los cotos”.

Otro de los sectores afectados por esta superpoblación es la ganadera. En esta zona se han detectado ya enfermedades como la tuberculosis. Es el caso de Eusebio Urdangarain que tuvo que sacrificar 13 de sus 45 vacas por tener un positivo en su explotación. “En los últimos cinco años se habrán sacrificado más de 50 animales”. Y es que los animales comparten charcas y balsas de agua con los jabalíes donde la propagación de las enfermedades es frecuente. También entre las quejas de esta superpoblación de jabalíes está la del impacto negativo en otras especies y la cantidad de accidentes que causan. 

En este sentido, pidieron que la administración asuma la responsabilidad que le corresponde ya que actualmente “nadie está indemnizando a los agricultores y los ganaderos no están satisfechos por lo que reciben por sacrificar su ganado”. Son los cazadores los que están reduciendo la población de jabalíes “pero esto no es suficiente”. También aseguraron que hay que pensar qué hacer con Urbasa y Andía, “que se han convertido en una macrogranja de jabalíes”. 

Concluyeron que mientras se resuelve la reducción de la población de jabalíes, la administración “debería compensar a agricultores y ganaderos ya que es ella la que tiene el poder de decisión sobre las normativas de estos animales itinerantes”.