Continúan las labores de derribo del entorno de Ciganda y el convento de las Madres Redentoristas, en el límite de Burlada con Atarrabia, donde está prevista la construcción de 280 viviendas, el 70% protegidas, y la ampliación de la residencia Landazábal. Ayer por la mañana,quedaba en pie el esqueleto de lo que fue la fábrica de embutidos y la iglesia del convento. En la imagen, vista de la parcela desde la residencia Landazábal. Al fondo, una pila de madera procedente del convento, con la excavadora trabajando en la zona de la huerta que tenían las monjas.