El mero hecho de haber llegado a los casi 102 años de vida ya asegura un buen puñado de recuerdos y anécdotas que dejar a las generaciones venideras. Si a todo ese tiempo le sumas una trayectoria dedicada a la música, lo que te lleva a recorrer buena parte de la geografía nacional, en una época en la que no era lo común, te sale una experiencia vital difícil de igualar. José Barea, nacido en Fitero el 29 de noviembre de 1922, podrá contar en sus memorias que estuvo en el histórico encuentro entre el dictador Francisco Franco y el Führer Adolf Hitler que tuvo lugar el 23 de octubre de 1940 en la estación de Ferrocarril de Hendaya.
Aquella reunión trató la posible de entrada de España como potencia del Eje en la II Guerra Mundial, que nunca llegó a producirse.
Inicios
“Mis primeros recuerdos son en el colegio en Fitero, donde nos separaban a chicos con los maestros y a chicas con las maestras”, señala Barea, el cual añade que “en verano íbamos acoger albérchigos crudos para sacar el hueso y jugar con ellos, no había dinero para comprar balones. Además, el deporte que hacíamos era jugando al escondite por el pueblo o nadando en el río Alhama”. El protagonista también recuerda perfectamente el alzamiento nacional el 18 de julio de 1936, que lo vivió “en el ayuntamiento viejo de Fitero”.
“Hitler llegó primero y pasó un rato grande dando zapatazos enfadado porque Franco llegó tarde”
Su afición por la música llegó de la mano de Lorenzo Luis, director de la banda del pueblo en aquella primera mitad de siglo XX y marido de una tía de José Barea. “Lorenzo Luis era un compositor muy bueno que creó cientos de bailables. Tuvo cinco hijos y tres hijas y todos ellos vivieron de la música que hacía su padre, que exportaba muchas de sus composiciones al resto de España e incluso a Centroamérica”. De su mano comenzó a estudiar el requinto junto a otros chavales, aunque, tal y como indica, “empecé a los 6 años y al final me quedé yo solo”.
Al llegar la hora de ir al Servicio Militar, José Barea fue destinado a San Sebastián donde se llevó su requinto. Durante los primeros días de instrucción hizo varias pruebas musicales hasta que fue admitido en la banda de música. “Como en la banda había un chico mayor que yo y tocaba el requinto, me dijeron que tenía que cambiar al clarinete. Un alicantino me entregó uno que tenía la banda y me enseñó a tocarlo”, comenta Barea.
El protagonista afirma que, “al mes me acuerdo que me sentó en la silla y me puso una partitura de una zarzuela y entré como clarinetista segundo. Con el tiempo pasé a primero y después ya me quedé como solista”.
El encuentro
Una vez estando en la mili, la banda de la que formaba parte fue la encargada de amenizar el encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya. “Nos dijeron que íbamos a ir a ese encuentro y toda la banda acudimos al andén del ferrocarril. Una vez allí había un vagón engalanado, que era donde se reunieron”. José Barea también añade que, “tuvimos que tocar el himno de España, el de Alemania, que te lo puedo todavía cantar de arriba abajo, y la Marcha Real”.
“Se saludaron, tocamos los himnos de cada país y la marcha real, se metieron en el vagón y nos fuimos”
El vecino fiterano expresó que no era consciente de la relevancia del acto en ese momento ya que “lo que sucedió allí no nos enteramos hasta una vez acabado el servicio militar”. Una de las curiosidades del encuentro es que, tal y como relata Barea, “Hitler llegó primero y paso un rato grande con su escolta dando zapatazos algo enfadado porque Franco no llegaba”. Este enfado por la tardanza del dictador español no empañó el cordial saludo que ambos se dieron. “Se saludaron, tocamos los himnos de cada país y la marcha real, se metieron en el vagón y nos marchamos”.
Pasión por la música
Una vez finalizado el Servicio Militar obligatorio, Barea volvió a Fitero donde, tras la marcha de un primo suyo se quedó como director de la banda municipal, puesto que ocupó durante 42 años. “En aquellos tiempos no había charangas, por lo que salía tocar por diferentes pueblos con un grupo de Pamplona. Recuerdo ir a Las Rozas, Villalba y Miraflores en Madrid, aunque también por muchos puntos de la geografía española”, apunta José Barea.
Uno de los lugares que más le ha marcado, por la gran cantidad de años que ha tocado ha sido Tolosa y sus famosos carnavales. En la celebración de su 100º cumpleaños, una delegación de la peña Kabila de la localidad guipuzcoana quisieron darle una sorpresa viniendo hasta Fitero.