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Llamada de auxilio de la asociación Anifal de Falces para hacer frente a las deudas

Van a emprender acciones para recabar dinero y pagar los gastos del veterinario

Llamada de auxilio de la asociación Anifal de Falces para hacer frente a las deudascedida

La asociación y protectora de animales de Falces, Anifal,acaba de hacer un llamamiento de auxilio, y es que, después de unos meses “muy, muy complicados, con pandemia incluida en el refugio”, tienen que hacer frente a una deuda que asciende a 4.000 euros y que han acarreado, sobre todo, con la clínica veterinaria. Y es que, cuentan, la subvención de 5.000 euros que reciben del Ejecutivo no ha costeado todos los gastos que han tenido y por este motivo van a llevar a cabo diversas acciones para recabar fondos.  

De acuerdo con Carmen Fernández, una de las encargadas de atender este espacio junto con Mª Ángeles Autor y ahora también, Adriana Días, “2024 ha sido un año muy difícil. Recogimos muchísimos gatos pequeños, más de un centenar; había semanas en los que cogíamos hasta 12. Los metíamos al refugio, los llevábamos a casa, a bajeras… Ya no sabíamos ni qué hacer porque hay que desparasitarlos, ponerlos en cuarentena y atenderlos; hace falta una zona común, otra para aislarlos y otra para los tratamientos. Además aparecieron tres colonias de las que no teníamos conocimiento con todo lo que ello conlleva”.

Con muchos de estos animales, expone, “tuvimos que ir a urgencias; íbamos al menos una vez por semana con infecciones de ojos o heridas en las patas. Y luego llegó la panleucopenia; una gran epidemia que mató a muchos de estos gatos. Nos teníamos que cambiar todo el tiempo de ropa, usar protecciones desechables, limpiar constantemente… La verdad es que supone muchísimo trabajo, y más para una o dos personas. En mi caso, por ejemplo, no me he ido ni un solo día de vacaciones”.

Precisamente por ello, y a pesar de la ayuda que reciben, no han podido hacer frente a todos los gastos. “No da para todo. Los organismos nos deberían dar más herramientas o medios para hacer lo que hacemos; es cierto que nos ayudan, pero no lo suficiente”. En este caso recordaban que el Ayuntamiento se hace cargo de todos los suministros del local.

Recabar dinero

Para paliar la deuda, explica Adriana, van a impulsar una serie de acciones. En este caso, el sábado van a estar en Kiwoko Mundo Animal, en Berriozar, para llevar a cabo una recaudación de alimentos y para colocar un puesto en el que la gente pueda adoptar y en el que van a vender pulseras, pendientes, posa vasos, espejos, o cuadros para que pinten los niños. También van a sortear una cesta con comida, algo que repetirán en un par de meses en la tienda Guaw de Itaroa. “Acabamos de empezar, pero también vendimos lotería y la gente respondió muy bien, vamos a vender productos por Internet, hemos impulsado un crowdfunding y esperamos que haya quien aporte donativos. Todo va a ir destinado a gastos de comida, veterinarios y esterilizaciones. Aunque es una paliza, merece, y mucho, la pena”, insisten las falcesinas en cargadas de Anifal.

Retos actuales

De cara a este 2025, “ahora que todo está más controlado”, esperan seguir con el CES (Captura, Esterilización y Suelta) y con el refugio abierto. “En 2024 sacamos muchísimas adopciones y eso te ayuda a seguir, pero necesitamos ayuda porque si no esto se acabará. Me encantaría, por ejemplo, poder dar alguna charla de concienciación, aunque la gente ya esté al tanto de que estamos ahí, para sensibilizar a la ciudadanía porque da mucha pena que tenga que cerrarse ¿Dónde van a ir esos pobres animales si no?”, apuntilla Carmen. “Una hora o dos por semana no supone ningún esfuerzo; cuantas más manos hay, menos cuesta sacar todo adelante porque el trabajo se reparte. Es sacrificado y duro solo cuando lo tiene que hacer todo una persona. La gente que tenga voluntad de ayudar será más que bienvenida”.

Preservar el lugar

El refugio que acondicionaron tras ganar el primer proceso de presupuestos participativos que pusieron en marcha en la localidad ribera lleva abierto desde 2021 después de que salieran del toril situado junto al Pilón, un lugar que no reunía las condiciones mínimas debido al frío y la humedad.

Un grupo de jóvenes del municipio se encargó por aquel entonces de acondicionar, con ayuda de vecinos y vecinas a título particular, las tres salas y un pequeño patio. Ahora, explican las nuevas gestoras del sitio, “habría que volver a hacerle un lavado de cara; hay que pintar algunas zonas y renovar jaulas, areneros y transportines”. 

La asociación está presente en redes sociales (Instagram y Facebook).