Ha hecho, o está haciendo puesto que solo tiene 23 años (cumplirá 24 el 22 de enero), lo que le dijo su padre: “Haz de tu afición, tu profesión”. Y, al mismo tiempo, está cumpliendo uno de sus sueños: ser actor. Y es que David Elvira Royo, lodosano por parte paterna y alcanadrés por parte materna, acaba de debutar en el mundo profesional con su primera película ¿Es el enemigo? La película de Gila. Satisfecho y algo abrumado por todo lo que está viviendo, Elvira resume su experiencia en una sola frase: “Me sentía un niño de campamento con muchísima responsabilidad”.

Echando la vista atrás, cuenta que “siempre he tenido claro que me iba a dedicar al mundo del artisteo”. Aunque quería ser bailarín, su primera aventura teatral la vivió en 1º de la ESO con la obra que preparaban en el instituto. “Era Rigor Mortis y yo tenía un papel muy pequeño, pero iba a todos los ensayos para sentirme parte de algo. Fue un curso muy complicado, pero ahí vi que encajaba y que me divertía”.

Además, “desde pequeño fui a clases de guitarra y flauta y, gracias a ello, empecé en la banda de música de Lodosa; fue una época muy divertida de mi vida”.

Después hizo el bachiller de Artes en Logroño, “donde descubrí la magnitud de todo este mundo” y, como paso final, decidió irse a Madrid tras consensuarlo con sus padres, Julio Elvira y Ana Royo, y su hermano Julio “porque, si quería marcharme, tenía que trabajar para poder sustentarme”. 

Empezó a estudiar en Coraza, pero acabó en lo que ahora es El Estudio. El último año, en la última escena, “fue cuando me mostré vulnerable por primera vez; era algo que me costaba. Creo que en parte puede ser por esa infancia que he pasado siendo gay en el pueblo; siempre intentando diferenciarme”.

Meses de espera

Aunque no ha hecho muchos castings “porque creo que tengo un perfil complicado”, en febrero de 2023 hizo la prueba para el papel protagonista de la película de Gila. “Me dijeron que no, pero que, probablemente, me darían otro papel. Yo contaba con que el rodaje iba a ser en octubre, pero llegaba la fecha y nadie me decía nada, hasta que vi que todo se había retrasado a febrero de 2024”.

Elvira, en cámara durante el rodaje de la película de Gila

Fue en noviembre de 2023 cuando le volvieron a llamar; “estaba en Lodosa con mis amigas y me dijeron que les mandase un selftape. Andrea Pascual me dio la réplica, y la verdad es que la pobre lo hizo muy, muy mal”, ríe. “Sin embargo, a la semana siguiente me llamaron para darme las buenas nuevas y me puse a gritar y a llorar”.

Un proyecto profesional

Para Pantxo, su personaje, no tuvo que transformarse físicamente “y vi que lo podía hacer perfectamente. Hasta ahí nunca me había enfrentado a un guion tan largo, así que cogí cada escena hablase o no y resumí lo que pasaba; ponía títulos, escribía qué tenía que hacer, qué verbos le motivaban a Pantxo y qué objetivos tenía. Como actor, inevitablemente intentas buscar que tu personaje se parezca lo máximo a ti para ponerte lo fácil, pero tienes que verlo con perspectiva”.

El joven actor metido en la piel de su personaje, Pantxo, durante el rodaje

En el rodaje, en Bilbao, “disfruté mucho de estar con tanta gente profesional. Yo solo tenía que llegar y disfrutármelo... ¡Y vaya si lo hice! He aprendido muchísimo. Además, para el actor protagonista también era su debut, así que comentábamos muchas cosas porque teníamos mucho en común”.

La primera vez que vio la película “no la disfruté porque estaba muy nervioso y analizaba cada escena”, pero después, las otras nueve veces que ha ido con familiares y amigos al cine, “la he gozado. Creo que se ve un proyecto profesional y que, en mi caso, he sabido usar el arco del personaje, que es lo más difícil. Podría decir que ha sido la película en la que yo he aprendido a trabajar y que será en la siguiente en la que aprenda a ser un artista”. 

Próximos retos

A futuro, explica, “quiero trabajar mucho, pero no quiero fama. No me quiero bajar del carro de la cámara, pero sí que me gustaría autoproducirme. Quiero desarrollar todo este mundo artístico que no me he dado el tiempo”.

David, que sigue formándose, también sueña con vivir una experiencia en el extranjero y, por qué no, “con dirigir, producir y protagonizar un musical en la Gran Vía madrileña y hacer una fashion filme”.

Para terminar, asegura este joven actor que “yo no soy ejemplo de nada. Llevo rompiéndome los cuernos toda mi vida a trabajar. Llegué a Madrid con una maleta llena de sueños; me han dado muchas palizas emocionales, pero nunca he agachado la cabeza. Creo que en la vida hay que aprender de todo”.