Los vecinos y vecinas de Sangüesa se llevaron una grata sorpresa cuando pasada la temporada navideña se encontraron la Pastelería Aramendia Gozotegia abierta y, esta vez, sin fecha de cierre: “La idea no es nueva, estas eran las terceras navidades que abríamos tras haber cerrado en 2021 y llevaba más de medio año dándole vueltas y con la posibilidad real de poder volver a abrir y con una idea de proyecto”, explica Iker Aramendia, cuarta generación de pasteleros. Él y Patricia Hiriart, pastelera nacida en Buenos Aires y que reside en Sangüesa desde hace un par de años, han vuelto a abrir este negocio familiar y centenario ubicado en la calle Mayor de Sangüesa.
El último fin de semana lo han dedicado a uno de los productos más característicos de Aramendia, el rosco. En esta ocasión, el rosco y las rosquillas de San Blas: “Realizamos dos clases de roscos. Uno es como el roscón de Reyes. Antiguamente no se hacía para este día, pero cada vez la gente lo pedía más y comenzamos a hacerlo. El otro, el clásico para el 3 de febrero, es un rosco que puede ir con o sin relleno y está hecho con leche y cítricos”, detalla el pastelero. El éxito del roscón de Aramendia está en su receta, “equilibrada y buena”, lo que hace que sea un roscón poco pesado y cómo no, en “las buenas prácticas”, según el pastelero: “Es la receta que hacía mi abuelo y la seguimos manteniendo, en esta casa hemos sido siempre amigos de las buenas prácticas. Es decirm las cosas hay que hacerlas en el momento que hay que hacerlas y cómo hay que hacerlas, con ese cariño y ese gusto. Por eso los roscos y las tartas de hojaldre se terminan en el momento. Esto es fundamental e influye en el producto”, explica Aramendia.
Tras la nueva apertura, uno de los cambios principales ha sido el horario que llevará la pastelería a partir de ahora: “Hemos hecho una apuesta realista y sincera. El año es largo y tenemos que conciliar el trabajo con nuestras familias y nuestras vidas. Con el tiempo se irá viendo si se realizan otros cambios”, afirman Aramendia y Hiriart. El nuevo horario será: miércoles y jueves se trabajará a puerta cerrada con la posibilidad de ir a recoger encargos, los viernes y los sábados la tienda estará abierta en horario de mañana y tarde y los domingos únicamente abrirá por la mañana. Los lunes y martes la pastelería estará cerrada, sin embargo, los pasteleros recalcan la posibilidad de dejar encargos en el contestador o mandar un WhatsApp o correo electrónico. Desde la pastelería devolverán la llamada o responderán al mensaje en los días laborables para confirmar el pedido.
“Son productos buenos, los controlamos, no fallan y, lo más importante, son el espíritu de la pastelería”
La clientela podrá seguir disfrutando de tartas de bizcocho y hojaldre, pasteles de varias clases, pastas y, por supuesto, de los característicos “barbos”: un pastel de hojaldre con forma de pez relleno de merengue, sello de la pastelería Aramendia. Tampoco faltarán productos de temporada como roscos, virutas de San José, huesos de Santo, tartas de frutas... Se trata de un comercio que se define por sus productos tradicionales y artesanos: “Son productos buenos, los controlamos, no fallan y, lo más importante, son el espíritu de la pastelería”, destaca Hiriart. A los postres y dulces típicos también se les han sumado algunas novedades como bizcochos, muffins, brownies y han recuperado y mejorado la receta de los croissants: “Queremos darle fuerza a la parte de la cafetería y poder incorporar productos de alta calidad y con los que trabajamos normalmente, como la nata montada, y darle un extra a las consumiciones”, asegura Aramendia.
Además de estas novedades, próximamente la pastelería introducirá un nuevo sabor, el dulce de leche, y comenzará a elaborar alfajores, ambos productos típicos de la gastronomía argentina: “Estos son productos que Patricia conoce muy bien, por lo que encajan con nuestra filosofía de trabajar con coherencia y hacer un producto bueno y de calidad sabiendo trabajarlo”, señala Aramendia.
En esta primera semana de reapertura los dos pasteleros valoran positivamente la acogida por parte de los vecinos y vecinas de la zona: “Esto es una apuesta de vida y que te agradezcan tu trabajo llena mucho”, confiesan. Ahora, Aramendia e Hiriart tienen por objetivo satisfacer a la pastelería, a su clientela y a sí mismos, ya que “tenemos que estar a gusto para que esto dure”, afirman. Aramendia continuará endulzando Sangüesa manteniendo su identidad y las mismas bases.