Son aficionados, de dos comunidades autónomas, de diversos municipios y de distintas edades, pero a todos ellos y ellas les une una cosa; la pasión por la música y el disfrute que les aporta tocar cuando quedan para ensayar o actuar. Y es que, tras muchas ideas y venidas, la txaranga Los Cinco de Castilla, con componentes de Sartaguda, Lodosa, Sesma, Alcanadre (La Rioja) y La Villa de Ocón (La Rioja) vive ahora, 30 años después de su consolidación, un momento muy dulce.
Su historia, cuentan, se remonta al año 1991 cuando se juntan tres chavales de Sesma y dos de Alcanadre y fundan Los oportunos de Sesma, una agrupación que dura muy poco. Fue en 1994 cuando deciden retomar los ensayos, pero ya en la localidad riojana, puesto que allí había más gente interesada. También aprovechan para renombrar la txaranga. Todos eran músicos aficionados, por lo que debían priorizar trabajo, familia o estudios, así que iban y venían en función de sus posibilidades.
Después de la pandemia y, por lo tanto, del obligado parón, Fernando Rodríguez Larreina ‘Nito’, uno de los que ya estaba en el grupo en 1994, con un primo suyo y un par de jóvenes vuelve a retomar el proyecto; empiezan los ensayos, pero ven que les faltan instrumentos por lo que, explican, cosas del destino, conocen a gente de Sartaguda que toca y en 2022 se incorporan a los ensayos. Acto seguido llaman a José Antonio Pérez ‘Morrás’, sesmero y fundador en el año 91 de la agrupación originaria, para que se sume a la iniciativa y, sin dudarlo, coge su trompeta y se incorpora. “El boca a boca hizo el resto”, desvelan.
Grupo consolidado
En la actualidad están unos 15 componentes de localidades navarras y riojanas y con un elenco de instrumentistas bastante equilibrado; cuentan con saxofones altos y tenores, trompetas, un clarinete, trombón, tuba, caja, bombo y platillos. “Si alguien más quiere aportar, tenemos la puerta abierta”. De hecho, no les importaría incorporar otro trombón y alguna trompeta.
Además, ahora mismo son muy constantes y serios con los ensayos; quedan todos los viernes a las 20.00 horas en el centro cívico de Alcanadre.
El debut de esta nueva agrupación fue en la romería de mayo de Sartaguda en 2023. Después, exponen, también han tocado en localidades como Pradejón, La Villa de Ocón, en prácticamente la totalidad de fiestas de Alcanadre y, en 2024, también en la Feria del Melocotón sartagudesa en agosto. Todo ello sin olvidar que les contratan para amenizar otro tipo de actos y eventos como bodas, prebodas o quintadas, entre otros. “La verdad es que nos llaman de muchos sitios, pero también tenemos que decir a muchas cosas que no. No somos profesionales y, si es una hora y día razonable, vamos, pero si no, es imposible; la gente trabaja y estudia”.
En cuanto al futuro, “no tenemos grandes retos ni metas; nuestro objetivo es disfrutar. Somos un grupo de músicos aficionados, eso tiene que quedar claro, que nos llevamos muy bien y que nos gusta tocar. Quizás en lo que sí nos vamos a centrar es en mejorar y crecer un poco musicalmente, ir poco a poco sonando mejor, aunque, sin un director, también es complicado, pero por intentarlo que no quede”.
De hecho, además del repertorio clásico y que llevan años interpretando, intentan cada temporada preparar unas 8 o 10 obras modernas para animar a la gente que les escucha. De hecho, ahora, y tras la campaña veraniega, es cuando empezarán a ensayar los nuevos títulos que estrenarán este 2025.
Ganas y compromiso
En Los Cinco de Castilla, formado por personas de muy diversas edades, “el entendimiento no es difícil porque los chavales son muy majos; todos nos respetamos, prestamos atención y nos enseñamos y ayudamos los unos a los otros”.
Lo que sí que se pide a la hora de entrar a formar parte de la agrupación “es un poquillo de compromiso y ganas; no hace falta nada más. Hace semanas tuvimos una reunión para hablar de que la gente tiene que ir a ensayar; no se puede no venir en todo el año y después querer tocar en fiestas. Hace falta un poco de responsabilidad”.
Para terminar, aseguran entre risas que “cobramos poco y tocamos mucho, hasta tres horas hemos llegado a estar; esto es todo afición y, por supuesto, lo que ganamos lo invertimos en alguna comida o cena, en vestuario o en el arreglo de instrumentos”.
Además, y en el caso de los y las sartagudesas, por ejemplo, ahora que se ha disuelto la banda (aunque algunos aún siguen yendo con la formación de Ayegui) “es una forma de seguir tocando y de hacer lo que nos gusta y llena”.