Representantes del Ayuntamiento de Basaburua y de familias del valle demandaron ayer en una sesión de trabajo en el Parlamento un transporte escolar digno para los estudiantes que se transportan hasta Pamplona y su comarca para cursar Bachillerato y Formación Profesional.

En la comisión de Educación, Santos Etxegia, alcalde de Basaburua, explicó que el valle es una zona en riesgo de despoblación, que actualmente cuenta con una población de alrededor de 850 habitantes, repartidos en diez concejos, una cifra que ha ido en descenso, aunque en 2011 se vivió un ligero repunte gracias a medidas para enfrentar esta disminución. En este contexto, señaló que el transporte tiene su incidencia y desde el valle han detectado que una de las grandes fugas demográficas que sufren sucede a la edad de 16 a 18 años, cuando los estudiantes finalizan las ESO y tienen que trasladarse a Pamplona para continuar con su formación.

El alcalde hizo un recorrido breve de la situación del transporte escolar en el valle y, ante la falta de un servicio, ha sido el Ayuntamiento de Basaburua quien ha tenido que prestar este servicio hasta que en 2022 entró en vigor una orden foral por la que el Departamento de Educación asumió estas funciones, que si bien ha supuesto una facilitación, como han reconocido los comparecientes, todavía buena parte del esfuerzo recae en el Ayuntamiento. “El esfuerzo que hace el Ayuntamiento sería equivalente a que Burlada pusiera 500.000 euros al año en transporte público para sus alumnos de Formación Profesional y Bachillerato”, aseguró.

Como explicó Alaya Etayo, concejala de Educación, todo el valle es considerado una única zona, por lo que se dispone de una parada común a la que tienen que dirigirse los distintos alumnos por sus propios medios y es el propio valle el que se encarga de gestionar este transporte interno a través de taxis.

“Nuestros hijos llegan cansados y desmotivados, y esto crea una situación desventajosa”

Esther Lacasta - Comisión de Educación del Valle

Una ruta de cuatro horas

También Etayo criticó la ruta que hace que los jóvenes pasan más de cuatro horas a lo largo del día entre ida y vuelta, una situación que ya expusieron a Educación con un propuesta para simplificar la ruta y reducir tiempo, pero desde el departamento se consideró inviable.

Por su parte, Esther Lacasta, de la comisión de Educación del valle, detalló las consecuencias negativas que están afectando a la juventud de Basaburua debido al tiempo que pasan en carretera, que ha provocado que en algunos casos se opte por quedarse en Pamplona, lo que, en palabras de Lacasta, supone “una pérdida de raíces”. “Nuestros hijos casi tienen que comer a las cinco de la tarde, tienen menos tiempo para descansar y estudiar, llegan cansados y desmotivados y esto implica que se cree una situación desventajosa con respecto a otros alumnos”, lamentó.

Lacasta reivindicó que no quieren que el valle sea “un mero decorado hermoso, sino que se pueda vivir, trabajar y estudiar con dignidad”, la necesidad de apostar por la equidad y un transporte escolar digno.

Los comparecientes propusieron que se empleen vehículos más pequeños para hacer los transportes diariamente, que el tiempo que se invierta en recoger en su alumno sea en su residencia y no se le obligue a ir a las paradas y que se invierta en la mejora de la calidad del servicio de transporte.

Asimismo planteó que se flexibilice la Orden Foral 35/2022, contemplar la demografía de las zonas y adecuar al número mínimo de estudiantes exigido para organizar el transporte, coordinación y cooperación entre Ayuntamiento y Departamento de Educación y que para el curso que viene se tenga en cuenta su petición.