Bajo el lema “Mujeres rurales, del margen al centro de la política en Navarra – Landa eremuko emakumeak, Nafarroako politikaren bazterretik erdigunera”, las técnicas de Igualdad de Entidades Locales y Territoriales de Navarra se coordinan un año más para alzar la voz en nombre de las mujeres del medio rural. El mensaje es claro: los pueblos de Navarra quieren que se escuchen y se tengan en cuenta las voces de las mujeres rurales.

En su manifiesto, denuncian que la planificación política actual ignora la realidad de miles de mujeres que sostienen la vida en el territorio. “No somos una minoría ni una excepción; fuimos y somos imprescindibles para el presente y el futuro de nuestros pueblos”, subrayan. Además, critican la “lógica urbano-céntrica y patriarcal” que concentra recursos y decisiones en las ciudades, relegando lo rural a la periferia: “Nuestros pueblos no son lugares de segunda: son ecosistemas de los que las mujeres somos la columna vertebral”.

Desigualdad persistente: datos que hablan por sí solos

Aunque el 28 % de las mujeres navarras tiene estudios universitarios (46% entre las jóvenes) frente al 20,1 % de los hombres, sus salarios son un 20 % inferiores. En el medio rural, un 9,4 % trabaja en profesiones técnicas o científicas y un 6,1 % en la agricultura, pero solo el 28 % de las explotaciones agrarias son de mujeres, y apenas el 17 % están dirigidas por ellas.

Este escenario evidencia, según las promotoras de la campaña, “un talento desaprovechado y una desigualdad estructural que ni la ley ni las políticas actuales corrigen por falta de perspectiva rural y de género”.

Se plantean varios objetivos para transformar la política rural: superar el modelo urbano-céntrico, aplicar la perspectiva de género e interseccional, reconocer a las mujeres rurales como agentes de desarrollo, garantizar servicios básicos en todos los territorios, invertir con criterios de igualdad y reforzar una agenda feminista rural.

El eje central de la reivindicación de las técnicas para este Día de la Mujer Rural de 2025: muchas políticas y programas no tienen en cuenta ni la perspectiva rural ni el enfoque de género. Son leyes, normas o iniciativas pensadas para contextos urbanos y eso hace que resulten irrelevantes, insuficientes o contraproducentes en los pueblos.

Lo que no se nombra, no existe; lo que no se ve, no se cuida.” Con esta afirmación, las técnicas de Igualdad recuerdan que dar voz a las mujeres del rural es una cuestión de democracia, justicia y futuro.