Localidades de Tierra Estella y la Ribera Alta han consolidado una plataforma ciudadana comarcal para unir fuerzas y esfuerzos en contra de las plantas de biometano proyectadas. Ayer un grupo de representantes de diversas poblaciones se acercó hasta el Parlamento foral y, con el aval de más de 10.000 alegaciones de vecinos y entidades de Viana, Lodosa, Sesma, Los Arcos, Mendavia, Arróniz, Sartaguda, Bargota o Aras, así como de municipios de La Rioja y Álava; Alcanadre y Oion, registraron una solicitud “para que se apruebe con urgencia una moratoria de instalación de plantas de biometanización, como paso previo a un proceso de debate sobre el modelo que necesitamos”.

Con Lodosa, como prioridad, apuntaron que: “No se está atendiendo a las características, necesidades y capacidad de carga de las zonas afectadas; sin criterios de planificación, evidente ausencia de legislación y mecanismos de control” y que, “en un territorio de baja implantación ganadera se pretende tratar la descomunal cantidad de 563.500 toneladas de residuos anuales. Estas plantas no sólo tratan residuos agrícolas y ganaderos; con ellos se mezclan otros residuos orgánicos y, tras el proceso de biometanización, la necesidad de desprenderse de los residuos orgánicos (aproximadamente permanecen un 90% de los residuos utilizados en la producción de biogás) va a generar grandes problemas”. La moratoria, “no afectaría a aquellas plantas que traten menos de 10.000 toneladas al año. En ningún caso, las plantas de biometanización son la prioridad; su técnica debe estar al servicio del desarrollo local y de la salud y el futuro fértil de nuestros suelo y agua, no para desequilibrar el territorio y alimentar nuevas burbujas especulativas”.

Esta es la primera de varias movilizaciones que tienen previstas.