La Fundación Altaffaylla cumple cuarenta años y lo celebra con una semana cultural que resume, en apenas cuatro días, lo que la entidad ha sido durante estas cuatro décadas: un agente cultural incansable, un motor de memoria histórica, un vigilante del patrimonio y un impulsor de iniciativas sociales en Tafalla y la comarca. Así, del 26 al 29 de noviembre, la casa Rentería y varias calles de la ciudad serán escenario de presentaciones, conferencias, música y homenajes. “Han sido 40 años de trabajo voluntario, constante y plural, siempre al servicio de la cultura tafallesa y navarra”, señala Juan Carlos Berrio, actual presidente de la Fundación, que destaca que el aniversario “no es un final de etapa, sino un impulso para abrir las puertas a gente joven”.

El germen de Altaffaylla se sitúa el 2 de febrero de 1985 con la presentación del libro Un camino cortado. Tafalla 1900-1939, de José Mari Esparza. Aquel acto, centrado en la represión de la Guerra Civil en la zona, marcó un antes y un después. “Por primera vez se hablaba abiertamente de lo ocurrido en nuestra comarca durante la guerra”, recuerda Esparza. Ese mismo día nació públicamente Altaffaylla Kultur Taldea, impulsada por vecinos como José Mari Ainzúa, Mari José Ruiz o Juanjo Costa.

En estos cuarenta años, Altaffaylla ha construido un catálogo de casi cien títulos, en su mayoría centrados en historia local. “Pocos pueblos de Euskal Herria tienen tanta investigación editada sobre sí mismos”, recuerda Amaia Jaso, una de las editoras jóvenes incorporadas a la entidad. La obra más destacada sigue siendo Navarra 1936. De la Esperanza al Terror, referencia obligada en la memoria histórica.

A esta se suman grandes proyectos como la Historia de Tafalla en cuatro tomos, los volúmenes de Tafalla. Historia y fotografía, o estudios sobre los Gregoricos, además de trabajos dedicados a otros pueblos de la merindad y de Navarra. “Nuestro objetivo ha sido siempre recuperar, ordenar y divulgar, no acumular libros por acumular”, apunta Idoia Muro, también editora.

Logros, derrotas y conciencia

Además de editar libros, Altaffaylla ha impulsado decenas de campañas populares. En algunas se ganó, en otras no, pero todas dejaron huella. En 1985, gracias a su iniciativa, se instaló un poste repetidor que permitió ver Euskal Telebista en la comarca. Otras sirvieron para salvar calles adoquinadas o elementos patrimoniales. Pero hubo derrotas: la desaparición del Teatro Gorriti, la chimenea de Armendáriz o la Escuela de María. “No siempre conseguimos frenar las demoliciones, pero sí logramos que la gente mirara con más atención su propio patrimonio”, cuenta Juanjo Costa, uno de los fundadores.

La colocación de monolitos, estatuas y más de cien placas explicativas por toda la ciudad también lleva el sello de Altaffaylla. “Ese trabajo silencioso es el que al final transforma un pueblo”, resumen desde la entidad.

Larga familia cultural

Gran parte del tejido cultural y social que hoy existe en Tafalla tiene, de una manera u otra, raíz en Altaffaylla. De su seno surgieron AFAN, pionera en la recuperación de la memoria histórica; Radio Tafalla; la editorial Txalaparta; el Tafallako Zanpantzar; los zaldikos Radica y Lagunero; la Asociación Merindad, responsable de La Voz de la Merindad; y la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro, que destapó en 2007 el escándalo de las inmatriculaciones. “Nuestro papel ha sido muchas veces el de encender la chispa para que otros colectivos pudieran arrancar”, explica José Mari Esparza.

Hoy trabajan en nuevas asociaciones centradas en el músico Felipe Gorriti, en el alumnado histórico de la Ikastola o en el impulso al concurso literario en euskera Ager Vasconum.

Presentación, en 1985, del libro sobre la Banda de Música.

Aunque si hay un asunto en el que Altaffaylla ha insistido durante cuatro décadas es la defensa del Casco Antiguo, donde la entidad siempre reclama su protección y su potenciación como eje cultural y turístico. Son conocidos sus premios anuales Cisneros (a la peor obra) y Torre Otxagabia (a la mejor intervención), una forma de poner el foco en la calidad urbana. “El Casco Antiguo es la joya de Tafalla. Sin él, la ciudad pierde su alma”, sostiene Berrio. En ese sentido, la Fundación ha creado mapas, rutas interpretativas y colabora en proyectos europeos de salvaguarda del patrimonio material e inmaterial.

Memoria

Altaffaylla gestiona un archivo documental y fotográfico de gran valor. En 2014 se digitalizó su fondo sobre la Guerra Civil, y la labor conjunta con el Ayuntamiento y La Voz de la Merindad ha permitido crear uno de los mejores archivos fotográficos de Navarra. Hace poco, entregaron más de 2.000 fotos de la guerra al Instituto de la Memoria.

En el ámbito museístico, la entidad fue clave en la apertura del Museo de Estelas en 2022 y en la aprobación parlamentaria del futuro Centro de Interpretación de la Jota. También impulsa la creación de un Museo de la Edición para poner en valor la tradición editorial tafallesa.

“Cuarenta años después seguimos con la misma ilusión que en 1985, pero ahora con más experiencia y más aliados”, resume Berrio. La fundación afronta el futuro con nuevos proyectos, más participación juvenil y una convicción clara: la cultura, la memoria y el patrimonio siguen siendo herramientas para transformar Tafalla.

Una semana cultural

El programa del 40 aniversario ofrecerá cuatro jornadas variadas y abiertas a toda la ciudadanía. La primera de ellas tendrá lugar este miércoles con la presentación del libro Memorias de un Republicano (19:30h, Casa Rentería). La obra de Teodoro Galarza, editada junto al Ayuntamiento, recoge la vida local entre 1808 y 1932. “Es un documento imprescindible para entender cómo vivieron nuestros abuelos y bisabuelos”, afirma Esparza. Tras la presentación habrá sorpresas y un aperitivo por el aniversario.

El siguiente acto será el jueves 27 con la conferencia, a las 19:30, “Valmediano y otros poblados de la Edad de Hierro en Tafalla”. El arqueólogo Mattin Aiestaran, de Aranzadi, presentará los avances en Valmediano. “El entorno tafallés tiene un potencial arqueológico enorme. Estamos solo en el comienzo”, señala. Altaffaylla aprovechará para reunir a quienes quieran integrarse en el futuro grupo Altaffaylla Arkeologia Taldea.

Por otro lado, el viernes 28 ofrecerán (19:00h) un concierto Esti y Mikel Markez (19:00h); la entrada será libre. “Volver a Tafalla es siempre un placer”, expresaron los artistas en la presentación del programa. Finalmente, el sábado 29 a las 13:00 se descubrirán dos placas: una en honor a Felipe Esquíroz Armendáriz, defensor del comunal, y otra a Jesús Salas Esquíroz, misionero que dedicó su vida a las leproserías de Asia. Asistirán familiares y representantes municipales. El día concluirá con una comida de hermandad.

Programación por el 40 aniversario