Primero llegó su padre, a La Rioja, y después de dos años en los que el hombre trabajó, obtuvo su autorización de residencia y aprendió el idioma, lo hizo ella, junto a su madre y su hermana. Fue gracias a un programa de reagrupación familiar. Chaimae Hainan (Guelmim, Marruecos, 1998) tenía entonces seis años y unas ganas inmensas por aprender.
Lo que no sabía en ese momento es que su experiencia migratoria le impregnaría un férreo compromiso social, que este año le ha hecho merecedora del Premio Navarra de Colores 2025 por su dedicación acompañando y asesorando jurídicamente a personas migrantes y su sensibilidad hacia quienes viven situaciones de mayor vulnerabilidad.
Recuerda Hainan que llegó en verano. “Tuve que aprender rápido el idioma para poder empezar en el colegio, en 4º de Primaria”, dice. “El cambio fue muy importante y todo me resultaba una novedad. No controlaba el idioma, y la cultura y la gente eran distintas”, comenta, antes de recalcar el “choque enorme” que le supusieron sus primeros meses en España. Pero se integró rápido y cuando cumplió la mayoría de edad se trasladó a Pamplona, donde mantiene a día de hoy su residencia, para estudiar Derecho en la Universidad Pública de Navarra.
Desde muy joven, Hainan ha estado vinculada a iniciativas sociales y comunitarias. Ha ofrecido charlas voluntarias sobre la Ley de Extranjería en la Casa de la Juventud de Pamplona y en Itaka Escolapios, y participa semanalmente en el reparto de comida en las mezquitas de San Jorge y La Milagrosa.
Además, como voluntaria en el servicio jurídico de Ikaskide (Fundación Itaka Escolapios), ha acompañado a cientos de personas migrantes en trámites de residencia, nacionalidad y reagrupación familiar, y ha impartido formación relacionada con el examen de nacionalidad y los derechos laborales de las trabajadoras del hogar. También ha colaborado en la puesta en marcha del taller ocupacional Costura Poderosa junto a Fundación ARPA y Acción contra la Trata.
Para Hainan, el Premio Navarra de Colores 2025 no es solo un reconocimiento a su persona, sino que “visibiliza la labor de todas las personas que forman parte de asociaciones comprometidas socialmente”. “Este es un reconocimiento hacia todas las personas que participamos en este tipo de proyectos; y también es un reconocimiento a mis padres, porque desde que yo era pequeña he visto en ellos una figura de ayuda sin pretender nada a cambio –afirma-. Ellos conocen mejor que nadie lo difícil que es venir aquí, aprender un idioma, adaptarse a una nueva cultura y todos los problemas a los que una persona migrante se puede enfrentar. Y siempre han querido ayudar a personas en esta misma situación con todas las ganas posibles”.
Del mismo modo que a sus padres, Hainan asegura que su experiencia migratoria ha marcado profundamente su vocación de acompañar a otras personas. “Si no lo hubiera vivido, quizás sería otra persona, con ganas de ayudar, seguro, pero tal vez no con el nivel de compromiso que tengo. Esta responsabilidad que siento tiene que ver con mi experiencia, con lo que me han enseñado mis padres y con lo que he visto en diferentes entidades”, señala, para añadir que gran impulso a este compromiso se lo ofrece “el aprendizaje mutuo que sucede en las asesorías o en el acompañamiento”. “Las personas a las que ayudo no son conscientes, pero realmente es una ayuda recíproca. Yo ayudo en lo que sé, pero ellos me ayudan a mí también”, expresa.
Chaimae Hainan lanza un mensaje claro a la población migrante y a la ciudadanía navarra sobre convivencia y comunidad: “Yo siempre digo que la gracia de Navarra es la diversidad. Precisamente, la comunidad se crea entendiendo y respetando la diversidad de todas las personas. No porque seamos iguales, sino porque, cada uno con sus diferencias, somos capaces de entendernos y de crear algo bonito”.
Y en esta construcción de comunidad, subraya, es fundamental “proteger a los niños y niñas que viven procesos migratorios”. “Es importante evitar a toda costa que los niños que están pasando por procesos migratorios se preocupen por asuntos que no les corresponden, más allá de aprender el idioma —que era lo que más me preocupaba a mí—, apuntarme a balonmano, que era lo que más ilusión me hacía, y poder entenderme con mis compañeros de clase. Lo que estoy viendo ahora es que los niños están sufriendo estos procesos peor que antes, porque asumen cargas que no tendrían que asumir”, finaliza.
Dos accésits, una mención especial y cuatro reconocimientos
El jurado proclama a Chaimae Hainan como ganadora del Premio Navarra de Colores / Nafarroa Koloretan 2025. Los dos accésits de esta edición son para Joy Ogbeide y Fatiha Sahraqui. Ogbeide, mediadora intercultural en Acción Contra la Trata y miembro de Las Poderosas, destaca por su acompañamiento diario a mujeres migradas supervivientes de trata, su labor de sensibilización dentro de la comunidad nigeriana y su papel como referente para otras mujeres a través de la música, la formación y el activismo. Sahraqui, por su parte, es un pilar en la comunidad educativa del CP Buztintxuri IP, donde actúa como enlace entre familias y escuela, impulsando espacios de convivencia intercultural y favoreciendo la participación, la comprensión mutua y la integración de nuevas familias.
Asimismo, se establece la mención especial para Fundación Gaztelan, reconocida por su destacada implicación en la promoción de la convivencia intercultural, su apoyo continuado a personas jóvenes en situación vulnerable y su labor de acompañamiento social que contribuye a una Navarra más inclusiva. Se otorgan también los reconocimientos Profesional de Colores para Unai Esparza Ezkurra, referente en mentoría social por su capacidad para generar vínculos de confianza y convivencia entre personas de distintos orígenes; Deporte de Colores para La Única Rugby Taldea, por su apoyo solidario a jugadores y jugadoras migrantes en situación de vulnerabilidad; Escuelas de Colores para el centro Agoizko San Migel IP - DBHI / CP San Miguel - IESO, por su proyecto interdisciplinar que trabaja el racismo de forma transversal en todas las materias; y Asociaciones de Colores para la asociación Salam Gaza Nafarroa, por su labor humanitaria y de defensa de derechos humanos mediante apoyo directo a la población palestina en colaboración con la ciudadanía navarra.