El Consentidos de la plaza Mercadal de Tudela es “un bar mítico con 16 años de historia... y los que quedan”, decía ayer martes un sonriente Víctor Rodríguez, desde hace seis meses y junto con su pareja Noelia Barea, flamantes nuevos dueños de este bar de copas –y de cócteles– de la capital ribera. Desde ayer son además dueños de la primera Navarra Cocktail Week, iniciativa que desde el 5 al 14 de diciembre ha querido impulsar la cultura del cóctel en la Comunidad Foral y poner en valor el trabajo de los bartenders.
Un certamen sin restricciones técnicas y estilo libre –valía el trago corto tipo vermú, el largo estilo cóctel o el digestivo– que precisamente por esa circunstancia fue “una montaña rusa para puntuar, porque había cócteles muy buenos fuertes, cócteles muy buenos suaves...”, dijo Patxi Pelarda, miembro del jurado y vicepresidente de los barman en Navarra, que habló de un “nivel altísimo” entre los participantes.
Víctor se impuso en una final que reunió ayer a 18 baristas en el Hotel Pamplona Catedral. De 31 años, lleva desde los 17 vinculado a la hostelería y a la coctelería. Participa en el campeonato de Aragón y lo ha hecho en unas cuantas ocasiones en el Campeonato de España. Sabe de qué va este mundillo. “Creo que es algo diferencial. Al final hay muchos bares, y si en algo te puedes diferenciar es en la coctelería”, considera.
Para este concurso, el hostelero “tenía muy claro que iba a contar con producto local. Por eso en mi receta había licor de piquillo de Basandere”, de la microdestilería artesanal Navarre Spirits, con sede en la misma capital ribera, además de “otro potenciador de piquillo para que supiera de verdad a la tierra”, explicó Víctor.
“Tenía muy claro que iba a contar con producto local. Por eso en mi receta había licor de piquillo de Basandere”
Hay bastante más: “Lleva un poquito de solución salina, porque la sal ayuda a reforzar los sabores, y una soda de pomelo, para que sea mucho más agradable a la hora de beber”. El proceso es el siguiente. Primero “se suele enfriar la vajilla y luego los utensilios de coctelería. Una vez hecho esto ya empiezas a hacer tu rutina. Unos ingredientes, los siguientes... en el orden de la receta. Remueves, porque en este caso el mío era un stirred, y sirves en un orden determinado. Y para el final decoras y perfumas”, explicó el bartender.
“Ahora gracias a dios se pueden usar cordiales, que es una mezcla de varios sabores. Yo he llevado un cordial de naranja con pimiento de Lodosa”, añadió. Finalmente, la decoración “era un pimiento tallado en fruta naranja, un pomelo deshidratado, ya que el refresco era pomelo, y un borde que hacíamos con el pimiento que nos sobraba, lo deshidratamos y hacemos un tajín”.
Hasta el momento, en el Consentidos disponen de una “carta pequeña de ocho cócteles que vamos a ampliar en enero”. Y aunque no estaba previsto que su homenaje a la tierra con ese licor de piquillo se colora entre las opciones a elegir, “me parece que va a tener hueco. En cuanto lleguemos, después de este fin de semana estará disponible”, aseguró.
Rodríguez aprovechó el premio para invitar a todo el mundo “a pasar por Tudela y venir al Consentidos. Tudela era una ciudad donde se hacían cócteles. Se perdió, lo hemos retomado y la gente nos está apoyando mucho. Y eso es de agradecer”. Por último, agradeció también el impulso que suponen este tipo de iniciativas para darse a conocer. “Estamos haciendo las cosas muy bien, y esta visibilidad ayuda”, consideró.
El mejor gin&tonic
Al margen del galardón principal, el Hotel Pamplona Catedral acogió el G&T Basandere Schweppes Challenge, una prueba contrarreloj en la que cada concursante debía preparar dos Gin&Tonic con ginebra Basandere y tónica Schweppes, con toque de lima o hibiscus. Ganó la Coctelería Rincón del Iruña de la Plaza del Castillo. Su trago largo tenía la misma puntuación que el segundo clasificado, pero se impuso por una cuestión de velocidad. Tardó menos tiempo que el rival.
Tomás Zambrano, desde hace dos años responsable del local junto con Javier Isasi, empleó un método “un poco raro” para su combinado. Como “se ha puesto de moda entre los baristas el tema de café”, tras varios ensayos en casa –con sus correspondientes fracasos– el hostelero hizo un clarificado de licor de café con leche, limón... “lo cuelas un par de veces y ese licor aclara. Mejora la vista tomarte un gin&tonic más clarito que uno marrón. Hice ese procedimiento, con la tónica cítrica y ginebra Basandere. Y ya está. Suena fácil, pero me he comido un poco la cabeza para clarificarlo”, aseguró.
Ahora sabe que “viendo que ha triunfado tendré que hacer más, litros y litros”. Y asegura que su bar es “garantía de un buen gin&tonic. Lo que más nos gusta son el wiski y los gin&tonic”.