elizondo - El comité de empresa del Centro Hospitalario Benito Menni de Elizondo, con la totalidad de sus representantes del sindicato ELA, y 62 trabajadoras del centro, han querido, a través de un comunicado, “expresar el descontento estupefacción e impotencia generalizada” que se ha creado en el centro con la “nueva política” que está llevando a cabo la dirección.

Según dicen, a lo largo de estos últimos meses “se ha acentuado la gestión incomprensible en la contratación y organización de personal, al que se le deja sin contrato o se le ofrecen contratas en inferiores condiciones”, cuando, como argumentan, hay disponibles contratos similares a los que tenían de antemano, sin tener en cuenta que en algunos casos llevan años trabajando de manera eventual, demostrando su disponibilidad y valía, tanto ética como profesional.

Además de esto, aluden traslados de personal de una unidad a otra sin informar de los mismos a las personas afectadas, continuos errores en los calendarios laborales, lo que provoca que se queden puestos sin cubrir, y sin informar al personal afectado, lo que impide organizar la unidad a esas condiciones. A la vez, hablan de “continuos errores en el pago de nóminas”, lo que supone retrasos, incluso de meses, en el cobro de esa parte errónea.

Admiten ser conscientes de que se trata de un centro privado, “lo que supone una gran carga de trabajo para cada puesto y autonomía en la selección y organización del personal”, pero uno de los problemas que tiene el centro es el de encontrar empleados, sobre todo cualificado (médicos, enfermeras, auxiliares?), o “al menos es lo que siempre se nos dice cuando quedan puestos sin cubrir”.

A las trabajadoras les resulta incomprensible esta nueva gestión del centro, “caracterizada por un autoritarismo, que en ocasiones no guarda las formas y que se olvida de que trata con personal que han demostrado, en su mayoría, gran capacidad de trabajo e implicación en un entorno laboral exigente como es el de la salud mental”.

Para terminar, hablan del resultado de la nueva política del centro, enumerando la desmotivación, el aumento de desconfianza hacia la dirección y la fuga de trabajadores.

Según el comité, el último episodio de esta gestión se dio la semana pasada, con la rescisión del contrato de una trabajadora que llevaba trece años en la empresa. Denuncian que han creado un pseudoexamen, que por lo visto dicha trabajadora, que está embarazada, no ha superado, a pesar de haber cubierto ese mismo puesto los últimos tres años y medio.