Con los últimos coletazos en Urdazubi, Arizkun y Erratzu terminó ayer la época del carnaval en Baztan y Xareta. Lejos queda el 18 de enero, cuando en Aniz, los aniztarras y berroetaras, que celebran conjuntamente el carnaval, daban el pistoletazo de salida a la fiesta. Desde entonces, semana tras semana, todos los pueblos de la zona han ido celebrándolos uno por uno. El buen tiempo ha sido el denominador común de los carnavales este año, aunque ayer, el último día, la lluvia hizo acto de presencia, mostrando empatía con todos aquellos amantes del carnaval que lo despidieron con un punto de tristeza.

Ayer, en Urdazubi terminaron la cuestación que realizan por todas las casas y caseríos del pueblo, acompañados de música. Mientras, en Arizkun y Erratzu vivieron el día grande de carnavales.

arizkun En Arizkun, cada martes de carnaval se repite el guión, aunque cada año hay sorpresas y anécdotas novedosas. Tras el almuerzo de rigor, los sagardantzaris recorrieron las calles del pueblo al ritmo del zortziko, y en cada parada homenajearon a la manzana con su habitual baile, la sagardantza, en la que cuatro dan-tzaris, ataviados con sus impolutos trajes blancos y los ttuntturros (gorro cónico con cintas de colores y plumas de gallo) con mantelina (encaje blanco que va en el ttuntturro para tapar la cara), bailaron con maestría la tradicional sagardantza, armados de manzanas en las manos, un baile elegante, distinguido, que tiene sus alteraciones rítmicas y musicales, según el pueblo.

Al pasar por Etxeberria, Javier Larralde, el gran txistulari de 92 años que tanto ha hecho por el folklore baztanés, disfrutaba desde su balcón el baile que infinidad de veces dirigió con su música. Tras los bailes, hacia las 13.30 horas, llegó uno de los momentos más esperados, la llegada del har-tza (oso) sujetado a duras penas por el hartzazaina (cuidador del oso), y toda la comitiva que lo acompañaba, fanfarre, mozorros, damas, y una pareja de elegantes novios dispuestos para la boda que escenificarían más tarde, con unos más que extravagantes invitados. Mientras la música y el buen humor envolvían todo el pueblo, el hartza intentaba, una y otra vez, zafarse del har-tzazaina y arremeter contra todo aquél que encontraba en su camino y, como suele ser habitual, tanto el hartzazaina como el hartza Nikolas (así se llama el de Arizkun) rodaron por el suelo en múltiples ocasiones. Tras recorrer las calles de Arizkun, todos los participantes se unieron en la plaza para continuar con los bailes, empezando por un zortziko masivo.

erratzu En Erratzu, el martes de carnaval las principales protagonistas son las Damak, la comparsa de las Damak, personas vestidas de blanco con el ttuntturro y la mantelina que portan grandes bombos, zanbonbak, que golpean con fuerza, pero con una compenetración que ya quisiera cualquier orquesta. Las Damak, capitaneadas por Jokin Bengoetxea, recorrieron las calles de Erratzu acompañadas por una multitud, entre vecinos ataviados con mozorros y visitantes que acudieron a disfrutar del espectáculo, atronando los bombos en la última jornada del carnaval, que se despide hasta el año que viene.