Los 12.500 residentes de Erripagaña llevan varios años sin médicos ni enfermeros y para cualquier atención se deben trasladar al centro de salud de Sarriguren, que está “saturado en pediatría”, denuncia la Asociación de Vecinos de Erripagaña. “Directamente te dicen que te vayas a San Martín o a Urgencias. Un día llamé al centro de salud porque tenía a los dos hijos con fiebre y me dijeron que solo había hueco para uno, que eligiera a quién quería que atendieran”, relata Laura Saeta.

Para descongestionar el centro, la semana pasada el Gobierno de Navarra anunció que los pediatras de Mendillorri atenderían a los niños y niñas de Erripagaña que son del Valle de Egüés.

“Vivo en Sarriguren, mi hija estudia en Sarriguren y mi código postal es el de Sarriguren. No tiene ningún sentido. Nos han cambiado a las personas que íbamos andando al centro de salud. Tendrían que haber derivado a los vecinos de Pamplona, que están más cerca de Mendillorri”, critica Amaya Sánchez. Erripagaña busca pediatra. 

Los vecinos de Erripagaña aseguran que el centro de salud de Sarriguren está “saturado” y que es muy difícil reservar una cita con el pediatra a través de la carpeta personal de salud. La mayoría de la veces, los usuarios se encuentran con el siguiente mensaje: “Lo sentimos. En estos momentos no hay citas disponibles. Ponte en contacto con tu centro de salud”. Por ejemplo, el hijo de Íñigo Hernández pasó la gripe recientemente y la app no le ofrecía una cita en las siguientes tres semanas. 

Ante esta situación, muchos padres llaman por teléfono al centro de salud, pero se chocan con la misma realidad. “Es muy difícil que te vea el pediatra porque casi nunca hay huecos disponibles”, lamenta Amaia Aldaz.

Los sanitarios recomiendan a las familias que lo intenten de nuevo al día siguiente a partir de las ocho de la mañana, cuando salen plazas libres. “Te pegas más de media hora al teléfono hasta que te cogen. Cuando te atienden, ya se han repartido todos los huecos. Tienes que tener suerte”, apunta Íñigo. 

Muchos vecinos, que saben que las líneas telefónicas se colapsan, optan por hacer fila en la puerta del centro de salud desde las siete y media de la mañana y pedir la cita personalmente. “Si no, es imposible coger hora para ese mismo día. Estamos muy descontentos”, confiesa Laura Saeta, que defiende la labor del personal sanitario: “No dan a basto, pero no es su culpa. Hacen lo que pueden”. 

La saturación provoca que los pediatras realicen algunas revisiones médicas con bastante retraso. “Mis hijos tienen tres y seis años y les vieron cuando casi habían cumplido cuatro y siete”, afirma Laura.

Y hasta que el pediatra pida a los pacientes que se pasen por su consulta unos minutos antes de que abra el centro porque si no no les puede atender. “Mi hijo tuvo gastroenteritis y le recetaron antibiótico. A los dos días, el pediatra le quería ver de nuevo para valorar su evolución. Como no había hueco, nos dijo que nos atendería sin cita antes de las ocho de la mañana”, comenta Amaia. 

En otros casos, derivan a los pacientes a San Martín o a las urgencias del Hospital Universitario de Navarra. El hijo de Amaia, que tuvo 10 días gastroenteritis, estuvo con cinco pediatras distintos y cuatro de ellos eran de urgencias porque en Sarriguren no les atendían.

“Si mi hijo se rompe el brazo, lo llevo a urgencias sin problemas, pero para un catarro o fiebre le debería ver su pediatra. Para eso está la atención primaria”, reflexiona Amaia. “Las urgencias están para cuestiones graves. Deben reforzar la atención primaria, contratar a más personal”, insiste Íñigo.

Derivación a Mendillorri

En diciembre, la Asociación de Vecinos de Erripagaña contactó con la dirección del centro de salud de Sarriguren para buscar fórmulas que redujeran la saturación. “Nos reconocieron que había ‘problemas de accesibilidad’ y que estaban estudiando una solución”, informa Alberto Errea portavoz del colectivo. 

Hace una semana, los vecinos de Erripagaña que viven en el Valle de Egüés –los residentes que más cerca tienen el centro de salud de Sarriguren– recibieron una carta del Departamento de Salud que les comunicaba que a sus hijos les atenderían los pediatras de Mendillorri. “La carta nos llegó el 14 de enero y el 15 nuestros dos hijos ya tenían un nuevo pediatra y enfermera. Sin previo aviso”, lamenta Íñigo. 

Laura se quedó “a cuadros” cuando recibió la carta “porque es un sinsentido. Somos de Sarriguren y nos han quitado el centro de salud más próximo a nuestra casa. Tenían que haber derivado a los vecinos de Erripagaña de Pamplona, que tienen Mendillorri más cerca. No tiene ninguna lógica. Lo han hecho al revés”, critica.

Amaya también opina que Salud debía haber cambiado de pediatra a los residentes de Pamplona o Burlada porque son los que más lejos tienen el centro de salud de Sarriguren: “Ellos ya cogían el coche para acudir a las revisiones. Nosotros íbamos andando porque está al lado. Había que hacer algo, pero con lógica”, subraya.

Sin embargo, Íñigo tacha la medida de “parche” y cree que el Gobierno de Navarra debe dotar con más profesionales al centro de Sarriguren. “Si está saturado, que contraten a más personal. Derivar a los pacientes es pasar el marrón de un sitio a otro”, defiende. 

Los vecinos afectados también afean que Salud cambie de pediatra a sus hijos pero mantenga el médico de cabecera a los padres. “Divides a la unidad familiar. Dejas al padre y a la madre en Sarriguren y te llevan a los hijos a Mendillorri. No tiene ningún sentido”, denuncia Íñigo. “No puede ser que cada uno estemos en un lado”, incide Laura.

Como consecuencia de esa división, Amaya ha anulado una cita suya en Sarriguren porque “era el mismo día y a horas parecidas” que la revisión de los ocho años de su hija en Mendillorri. “Antes me hubiera dado tiempo a ir a las dos”, lamenta. 

Además, los vecinos señalan que los nuevos sanitarios deberán estudiar los historiales médicos de sus hijos, a los que han separado del pediatra “con el que habían cogido confianza porque les ha visto toda su vida. Encima, nos volverán a reubicar cuando el centro de Erripagaña esté listo. A mis críos le van a cambiar tres veces”, finaliza Íñigo.