Hamburguesas con hongos, rabo de toro desmenuzado, pistachos, pico de gallo, oreo, donut, queso fundido y empanado en Doritos, macarrones, salsa de ajo negro trufado...

Comer en el Gastro Okei Errialde, la hamburguesería que arrasa en Villava, es un verdadero show: carnaval veneciano, feria de abril, un circo con domadores de animales o el gorila Serafín que en Navidad repartirá regalos.

“Ayer me quedé hasta las cinco de la mañana dándole vueltas al evento de Navidad. Queremos ser más que un bar, me gusta implicarme para que el cliente se lo pase bien”, asegura Fermín Iriarte, propietario del Gastro Okei. 

A Fermín siempre le ha gustado la gastronomía, desde pequeño ha sido muy “creativo” en la cocina y se considera fan del programa Crónicas Carnívoras. “Me lo comía entero. Veía las hamburguesas y me quedaba flipando. Me di cuenta de que se podían elaborar cosas súper chulas”, explica.

En 2016, su padre Javier abrió el bar Okei en Mendillorri, Fermín – por entonces tenía 21 años y ya había trabajado en hostelería– se sumó al proyecto y dio rienda suelta a la imaginación que le había despertado Crónicas Carnívoras. “Creé cuatro hamburguesas, funcionaron y el bar se quedó pequeño”, recuerda. 

En julio de 2017, padre e hijo cogieron el Errialde de Villava. Al principio, ofrecían bocadillos, raciones, cazuelicas y las cuatro hamburguesas de Fermín.

La gente venía por las hamburguesas, aunque tuviéramos otros platos en la carta. Aún no había pegado el boom, pero los clientes ya demandaban carne de calidad y que tuviera algo más que lechuga y tomate”, explica. 

En 2022, Javier se jubiló y el Gastro Okei se especializó en hamburguesas. “Los vecinos las comían muy a gusto, pero la carta era muy corta. Fue una apuesta personal porque pensé que con las hamburguesas podíamos triunfar”, relata.

Fermín confió en su creatividad, comenzó a sacar una hamburguesa distinta cada mes y la gente empezó a acercarse en masa hasta Villava porque habían oído hablar de las recetas del Gastro Okei.

Ideamos hamburguesas muy novedosas para que los clientes no pudieran compararla con otra y deberían venir hasta aquí a probarla. La clave es diferenciarse”, destaca.

El Gastro Okei llevó el ingenio “al límite” y diseñó hamburguesas japonesas, sicilianas, de donut, con oreo... “Queríamos que llamaran la atención y que fueran originales y complejas, que tuvieran algo más que bacon y queso”, incide. Fermín utilizó esta fórmula durante seis meses, la constante innovación dio sus frutos y fidelizó a la clientela. 

El establecimiento ofrece 18 hamburguesas distintas: las “clásicas” que siempre están en carta y “las recién llegadas” que entran y salen cada cierto tiempo. “Siempre cocino diferente porque no puedo repetir. Siempre estoy pensando en comida, tengo una lista con un copón de ideas y las intento materializar”, señala.

Fermín destaca la Robasetas –un homenaje a “nuestros vecinos playeros” que lleva lechuga, queso edam, hongos, huevo frito y salsa de alioli de ajo negro trufado–, la 7 de julio –lechuga, pimientos del piquillo picados, queso idiazabal, un crujiente paquete relleno de rabo de toro desmenuzado con una yema cremosa y salsa Miura, pimientos del piquillo con toque dulce y picante– o la Divina Burrata: salsa robasetas, rúcula fresca, carne, burrata cremosa, guanciale crujiente, crema de pistacho dulce, pistacho picado y sal en escamas. “Cada bocado es una explosión de sabores”, describe.

El Gastro Okei es todo un fenómeno viral, hay que reservar con un mes de antelación y los vecinos de Villava están “enfadados con Fermín porque pocas veces encuentran mesa libre. “Voy por la calle y me gritan ‘Fermín, cabrón, guárdame un sitio’. Me vacilan”, indica.

Fermín reconoce que el pueblo les ha apoyado desde el principio, está muy agradecido y les ha homenajeado con la Beti-Burguer: “Los chicos y chicas del Beti Onak salen de entrenar, vienen a cenar y quería que se sintieran protagonistas”, explica.

La hamburguesa imita la equipaciónpan negro, queso coloreado de verde y cebolla encurtida en pacharán–, los ingredientes proceden de comercios de Villava y se promocionó con un vídeo en el que los empleados del bar juegan a fútbol y balonmano con chavales del Beti Onak. 

Eventos temáticos

El Gastro Okei quiere ser más que un bar, organiza eventos temáticos y prepara hamburguesas específicas: carnaval venenciano –construyeron una góndola y “solo nos faltó inundar el local”–, feria de abril y en Halloween el local se transformó en un circo. “Pusimos una carpa y un telón en la entrada”, señala.

El Gastro Okei había contratado “a los mejores artistas del mundo” –no aparecieron porque estaban en el Babylon, la competencia de Huarte– y los camareros se pusieron a hacer malabares, ejercicios con aros, trucos de magia, explotar globos colocados en una diana a escasos centímetros de la cabeza de los clientes...

Y Fermín se convirtió en domador de animales y amansó a un empleado vestido de mono. “Nos arriesgamos y el espectáculo fue bochornoso, pero la gente se descojonó, que era lo que buscábamos”, confiesa.

Para Navidad, está diseñando El taller de los sueños, una teatrilización en la que el gorila Serafín recogerá las cartas de los txikis, les espiará para saber si han sido buenos y ayudará a Olentzero a repartir los regalos.

El bar se ambientará, las hamburguesas se pedirán escribiendo una carta y las familias se divertirán con un juego que está desarrollando Fermín. “Los ganadores se llevarán los regalos”, finaliza.