“Voy a recorrer todos los pueblos de Navarra”, les dijo el lerinés de 55 años Víctor Gainza a sus compañeros de ruta César Ilzarbe, César Ardanaz y Óscar Mongay. “Los primeros días me decían que esto es una locura”, admite, aunque luego empezaron a verle el lado positivo. Esta era la mejor manera para visitar pueblos que, si no fuera por esta razón, seguramente nunca hubieran conocido. Aun así, a los meses sus compañeros se bajaron del reto, y el único que ha acabado todo el trayecto es Víctor, con 316 horas y 22 minutos y 7.072 km acumulados en sus piernas a pedales. “Mis compañeros son de Pamplona, y la zona de la Ribera la he hecho yo solo. En la zona de la Comarca de Pamplona, donde los desplazamientos son más cortos, también hay un montón de pueblos de alrededor que los he hecho yo solo”, cuenta.
El grupo comparte una misma pasión, la bici, y al ser todos sus compañeros de la capital navarra, los trayectos los empezaban cada día desde ahí. “Al final siempre hacíamos las mismas rutas más o menos. Un día empezamos entrando en un pueblo de la carretera general y otro día en otro. Luego comenzamos a entrar en los pueblos más pequeños que se quedan en los laterales de la carretera, y a principio de 2023 les dije que me iba a recorrer todos los municipios de Navarra”, relata Gainza.
Recorrido al milímetro
El reto lo planificó con tiempo y al detalle, dividiéndolo en 85 etapas. Para eso, el Excel y Google Maps fueron sus mejores aliados. “Salíamos con la ruta establecida, calculando los kilómetros y el desnivel del camino”. A pesar de tener perfectamente estudiado el recorrido, finalmente se le alargó unos pocos meses más de lo esperado. La ruta más larga fue la que unió Cortes y Dantxarinea, un barrio del municipio de Urdax, con 200km de camino, y el máximo de pueblos visitados en un solo día fue la jornada que recorrieron 24 localidades. El reto lo empezó a principios de 2023, y lo terminó en enero de 2025.
Víctor ha visitado 272 municipios y 745 núcleos de población, aunque cuenta que dadas las rutas que organizaban, varias localidades se convertían en puntos de paso obligado, como Villava y Orkoien, que las han recorrido en muchas ocasiones.
A pesar de disfrutar mucho del camino, Gainza admite que ha habido momentos “muy duros”. Con todo, nunca pensó en abandonar el reto. “Soy muy cabezón. Vas viendo que vas sumando kilómetros y que va restando a la vez, y dices, pues ya lo acabo”. Cuenta que el mal tiempo y el hecho de tener que ir solo a muchos de los pueblos es lo que más le ha afectado durante estos dos años.
En la ruta ha conocido muchos pueblos que le han gustado como Ziga, en el Valle de Baztan, pero también dice que hay muchos otros a los que no volvería. Hay pueblos muy pequeños y encima lejos de donde él vive que están a gran altura, por lo que el camino se resumía en subir y bajar cuestas todo el rato. Además, muchas de estas localidades no tienen salida y son solo una carretera. Por eso, “no solíamos hacer turismo. En muchas ocasiones llegábamos, nos hacíamos la foto y nos íbamos”, apunta.
Para inmortalizar su azaña se fotografiaba con el cartel de entrada de todos los pueblos que visitaba, y tras recorrerlos todos, hizo un póster de dos metros de ancho por un metro de alto con todas las fotografías bajo el nombre “Rey de Navarra”. Ese cartel se lo dedicó la presidenta de Navarra cuando coincidieron el pasado agosto en fiestas de Sesma. También preparó un vídeo recopilatorio con todas las fotos.
Su próximo reto
Una vez superado su primer desafío, el lerinés ya planea cuál va a ser su próxima aventura ciclista. “Tengo pensado hacer el perfil de Navarra”. Todavía no tiene fecha. Su plan es estudiar el camino al dedillo, para hacer este reto por carretera. Aun así, dice que está teniendo dificultades para organizarlo porque “la zona norte no hay forma de cuadrarla porque no hay carreteras”.