noáin - “Hay que hacer esa planta, no es opcional. Urge, la ley nos obliga y vamos a trabajar en la cuarta fase de la Ciudad del Transporte, y lo vamos a hacer lo mejor posible desde una gestión pública”. El presidente de la MCP Aritz Ayesa confirmó ayer lo que hasta ahora era una propuesta en el aire. Y lo hizo en el transcurso de la charla informativa convocada por el ente comarcal en la Casa de Cultura de Noáin donde dejó claro que es la opción en la que va a trabajar la Mancomunidad, la primera del estudio técnico y que cuenta con el visto bueno del Gobierno (Nasuvinsa), propietario de los terrenos. “Buscábamos suelo industrial para una instalación industrial”, reiteró tras defender que se trata de una planta “moderna” similar a las que ya existen -y ha visitado- en Dresde, Friburgo y Ringsheim, Alemania. Ante un escenario de unas 60 personas, entre vecinos del valle de Elorz y concejales, Ayesa defendió la gestión pública de la planta (10 hectáreas), y anunció la formación de una comisión mixta de trabajo como “órgano vivo de diálogo y entendimiento” para informar, generar “oportunidades para el valle” y a la hora de “tomar decisiones sobre la futura planta y su entorno”. Destacó que la propia ley foral de residuos deja claro que los municipios afectados por este tipo de infraestructuras recibirían compensaciones, y en este sentido el Gobierno “está afinando” esta opción que, en el caso de Noáin, permitiría generar ingresos de los que ahora la MCP está exento o traducir en metálico el 10% de los aprovechamientos urbanísticos de la planta. Asimismo, se pueden plantear, dijo, la integración paisajística de la planta, la colocación de barreras antirruido, la puesta en marcha de un parque fluvial junto al Elorz y la puesta en valor de la instalación para tareas de sensibilización y concienciación ambiental con centros educativos. En la mesa estuvo acompañado por el director gerente de SCPSA, Álvaro Martínez, por el subdirector de Infraestructuras y Medio Ambiente de SCPSA, Alfonso Amorena, y por el alcalde de Noáin, Alberto Ilundáin.

En esta primera opción se valoraron, dijeron los técnicos, el coste de la operación, el suelo urbanizado y sus servicios, su proximidad al centro de la gran ciudad y la presencia de las cocheras de la MCP, entre otros criterios. Será una planta industrial con compartimentos estancos como cajas de zapatos donde los camiones entran y salen sin ningún impacto, una planta similar a la de Arazuri o la de envases de Góngora con cintas de separación de residuos. En ella se tratarían las fracciones de fracción resto (se separarán los plásticos y el resto del material se estabiliza para su depósito en vertedero o zonas degradadas a restaurar), materia orgánica (se transformará en compost) y envases (venta a empresas) mientras que el vidrio y el papel se venderán directamente a operadores sin pasar por la planta. Se tratarán 94.000 toneladas y para el 2020 se quiere pasar de 10.000 a 25.000 toneladas de materia orgánica con la mejora de esta recogida (contenedores con tarjeta de los que ya hay pruebas piloto en Nuevo Artica y Azpilagaña) y el Plan Integral de Residuos. Amorena dejó claro por otro lado que el futuro vertedero no irá a Imarcoain.

El primer edil (Queremos Noáin) inició su alocución asegurando que cualquier otra empresa de este tamaño generaría ingresos de los impuestos municipales por valor de 100.000 euros más otros 10.000 anuales de IAE, a la vez que recordó que no se ha resuelto el cambio de usos de la Ciudad del Transporte. Vecinos del valle le preguntaron si se va a dejar “seducir” por los ingresos económicos a lo que respondió que la postura del Ayuntamiento es clara en contra de esta instalación, y que recurrirán a los tribunales para obstaculizar este plan, empezando por el cambio de usos del PSIS de la Ciudad del Transporte.

Desde el público, Francisco Galán defendió la opción de Góngora teniendo en cuenta que tiene capacidad hasta el 2092 ya que los cálculos que se hicieron en su día, cuando se firmó el convenio entre MCP y Aranguren, han cambiado porque se recicla más y no se vierten residuos industriales. Si tan “inocuo” es el proyecto también otros vecinos plantearon el porqué no se lleva a Góngora a lo que Ayesa respondió que la MCP no quiere caer en los errores del pasado con una valle como Aranguren que vivió una “pelea” que le tocó de cerca como hizo de concejal de Pamplona: “Aranguren pedía en los noventa una planta de compostaje y reciclaje, y no se hizo...y después de 35 años, más otros 30 que va a costar restaurar aunque no se vierta, creemos que es suficiente”, y recordó que el convenio con Aranguren para el cierre del vertedero en 2022 no lo firmó él. Aclaró también que la modificación de usos del polígono (ahora para transporte) por parte del Gobierno foral está “en trámite”.

Desde el público mostraron su preocupación por el tránsito de vehículos, ampliaciones, afecciones y la ubicación de un vertedero, además de recalcar la saturación de infraestructuras que sufre el valle. Desde el concejo se buscarán “las vías legales para oponernos”. Hubo voces que insistieron en que Ayesa reconociera si, en caso de decir que no vecinos y concejos, el proyecto acabaría imponiéndose. “Queremos agotar las vías de diálogo. Tenemos que poner la planta y si todo el mundo dice que no tendremos que imponerlo”, respondió Ayesa.