sarriguren - Pocos municipios y comunidades pueden presumir de contar con un servicio que aglutina todas las ventajas de una guardería pero ofrece, además, la posibilidad de cuidar a los niños por horas, a un precio reducido y en manos de personas que, más allá de entretenerles, también les educan. El Servicio de Respiro Familiar del Centro de Atención a las Familias del Valle de Egüés (CAF), dirigido a menores de entre 1 y 6 años, cumple ya una década como un recurso municipal pionero de acompañamiento brindando a los vecinos la posibilidad de conciliar de una manera más ajustada sus necesidades con los más txikis. El centro, en Sarriguren, ofreció ayer una jornada de puertas abiertas para dar a conocer todas sus virtudes en una jornada que contó con cuentacuentos, pintacaras, chocolatada, y muchos interesados.

El año pasado utilizaron el servicio 170 menores de entre 1 y 6 años: algunas familias de manera continuada, otras de forma puntual o en períodos de vacaciones escolares y también como primer recurso de socialización para los niños y niñas que en pocos meses empezaban la escuela. “Se trata de un espacio de experimentación donde se fomenta la creatividad, la imaginación, la psicomotricidad, el desarrollo de la autonomía? Todo ello en un ambiente de juego y magia”, explican las responsables, que atienden también las dudas que puedan surgir a los padres respecto a rutinas, rabietas, celos, gestión emocional, etc.

El respiro, que cuenta con cuatro educadoras, abre de lunes a viernes de 9.15 a 13.15 horas y ofrece 30 plazas cada hora. Lourdes Álvarez y Fernando Alonso han llevado a sus hijos Julen y Asier -de 5 y 3 años- “desde que empezaron a andar. Ahora ya no porque van al colegio, pero lo utilizábamos por la mañana, en vez de la guardería, aunque no es el mismo servicio porque éste es más corto”, señalaba ayer, indicando que mientras estaba en casa, a los txikis les venía bien para relacionarse con otros niños.

“No quería la media jornada de la guardería y me hacía el papel. Es un servicio increíble, a un euro la hora la diferencia económica es significativa. Decides cuándo lo traes, por semanas o por meses, es mucho más flexible y la flexibilidad es lo más importante para conciliar”, aseveraba, valorando el programa educativo del centro. “Es dirigido, no sólo los traes a jugar, los medios técnicos y humanos son una pasada, estamos encantados”.

Población infantil El valle de Egüés ha aumentado de manera considerable durante los últimos años su población infantil (se concentra mayoritariamente en Sarriguren), “cuenta con 1.000 familias potenciales con criaturas de 0 a 6 años”, explican desde el CAF, y las demandas de la población giran en torno a recursos para la infancia y adolescencia, servicios de conciliación, espacios de ocio y juego compartido y que generen redes de apoyo e interacción con otras familias en etapas similares.

El municipio cuenta con tres escuelas infantiles municipales para la primera etapa de la infancia, además del Respiro Familiar que, a diferencia de las escuelas, no exige un compromiso de continuidad.

Está destinado a los vecinos del valle, tal y como indica la directora, Idoia Gutiérrez, aunque si no se llenan las plazas disponibles se abren a toda la ciudadanía. Las familias que ya han hecho uso del centro coinciden en sus ventajas. “Para hacer un recado o organizarte es muy buena opción, también para que se acostumbren a estar con niños”, señalaba Daniel Virto, aita de Izan, que tiene 3 años. Yolanda Marcos llevó a Iris, de 4 años. “La traje con uno y medio, dos horas dos días a la semana que aprovechaba para hacer la comida, ejercicio o limpiar... Te permite tener tu tiempo. Es muy necesario, parece que la única alternativa para los padres que trabajan es la guardería, pero las madres que se dedican exclusivamente a la crianza de sus hijos tienen también derecho a tener espacios propios”, apuntaba.