pamplona - Natali Muñoz, 19 años, representa a la perfección por qué se fundó la Escuela Municipal de Tiempo Libre y Animación de Berriozar. Natural del barrio, la joven decidió apuntarse al curso de monitor de tiempo libre porque le apetecía hacer algo en Berriozar. “Me ha encantado. He conocido a mucha gente y he aprendido muchas cosas, no solo para hacer con los niños, sino también conmigo misma”, confiesa. La joven ahora está haciendo prácticas en la ludoteca de Berriozar y revela estar muy contenta ya que está pudiendo aplicar lo aprendido en las clases teóricas. Precisamente ese es el objetivo principal con el que se creó la escuela municipal: dotar a la comunidad de un recurso educativo, de ocio y tiempo libre que sirviera a la propia comunidad. Además, explica su director, Iñigo Subiza, “ya existía una demanda porque se llevaban años impartiendo cursos de premonitorado. De hecho, tuvimos lista de espera, pero al final conseguimos que todo el que quisiera pudiera acceder creando dos grupos”. Finalmente han sido 56 los titulados en la primera promoción.

“Ya se trataba de un propuesta innovadora incluso antes de empezar porque es la primera Escuela de Ocio y Tiempo Libre de titularidad pública”, explica Subiza. “Esta es la característica que nos diferencia del resto de escuelas de este tipo, pero no la única. Además, quisimos darle un giro al ámbito académico. Hay mucha gente que realiza estos cursos en intensivos de una semana, o incluso por internet. Pero a nosotros la convivencia nos parecía un pilar fundamental”, continúa. Por eso pueden estar muy contentos con los resultados. Pablo López, otro alumno de 46 años, lo describe como una experiencia que todo el mundo debería vivir. “La convivencia que hicimos un fin de semana en la granja escuela de Ollo fue un punto de inflexión porque es cuando los dos grupos nos juntamos por primera vez e hicimos mucha piña”, explica. “Ahora, tras el éxito inicial, el objetivo es dar un poco de proyección a la escuela”, concluye Subiza.