Es el primero construido con estándares passive house del Estado, integrará el primer "laboratorio de envejecimiento" de Navarra y es el único, además, que gira en torno a un tema: el Camino de Santiago. Este lunes por la mañana ha abierto sus puertas el centro sociosanitario Bidealde, en Cizur Menor, con dos residentes que cuentan ya con sus credenciales de la Ruta Jacobea y disfrutan de estancias que han sido bautizadas con los nombres de las principales etapas que surcan la Comunidad foral, en una apuesta diferente y pionera que aúna tradición e innovación para poner, en el centro, a las personas.

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Inauguración del centro socio-sanitario Bidealde

Gestionado por el grupo IDEA, Bidealde comenzó a gestarse en 2019 y cuenta con capacidad para 176 plazas distribuidas en ocho mini-residencias de 22. Emplea, a pleno rendimiento, a más de 110 profesionales entre personal médico, de fisioterapia y de enfermería, auxiliares, psicólogo, trabajador social y terapeuta ocupacional, entre otros, que acompañan a los residentes en su proyecto de vida, tal y como señalaron ayer los promotores.

Rafael Sánchez-Ostiz, director general de IDEA, y José María Iribarren, director del centro, han presentado un proyecto adelantado a sus tiempos, porque aunque se fraguó antes de que se iniciara la pandemia cuenta con pequeñas unidades de convivencia (22 residentes en cada una de ellas) que se convierten en hogares que favorecen la socialización y la atención personalizada. Las habitaciones, con camas de hospital que no lo parecen, permiten instalar dispositivos para generar oxígeno y cuentan, en una apuesta por la digitalización, con una tablet que dispone de un sistema para llamar a la enfermera y para que puedan registrar diferentes informaciones sobre la dieta, posturales o cambios tras la ronda nocturna.

Geriatría y asistencia

Sus amplias estancias interiores y exteriores hacen que los futuros residentes dispongan de un modelo asistencial "basado en el desarrollo de valores esenciales de las personas mayores como la dignidad, la autonomía o su libertad de elección recogidos en el principio básico de que toda vida merece ser vivida en plenitud", ha explicado Sánchez-Ostiz.

Recuperando el modelo de los antiguos hospitales y hospederías que jalonan el Camino de Santiago, el centro apuesta por una cartera de servicios sociosanitarios geriátricos integrales, ya sea en régimen residencial o en estancias temporales rehabilitadoras o ambulatorias. Y cuentan con consultas externas, gimnasio y rehabilitación, terapia ocupacional, capilla, podología, peluquería y hasta zona de barbacoa en un espacio de 9.000 metros cuadrados (14.000 con las zonas exteriores).

Se basan en el modelo asistencial Residencias con sentido, que busca trabajar con cada residente en su proyecto de vida, a partir del cual se diseña un programa de actividades "mucho más flexible e individualizado. Eso hace que cambiemos la forma de dirigirnos al residente: de una agenda rígida de actividades, ocio y tiempo libre, rehabilitación y terapia, va a tener una oferta de actividades a las que no esté obligado a ir, sino que se adaptan a sus gustos y situación, tanto para personas autónomas como para dependientes", ha explicado Iribarren.

La inauguración ha contado con la apertura de la exposición del pintor José Antonio Hernández Hevia, un residente de Oviedo que ha afrontado el confinamiento derivado de la pandemia a través de la pintura en un ejercicio de resistencia y envejecimiento exitoso que los promotores quisieron poner como ejemplo.