La plataforma Salvemos el Ega ha reunido cerca de 500 adhesiones de ayuntamientos y regantes a las alegaciones al plan director del Agua de Uso Urbano 2019-2030. El número indica que existe mucha incertidumbre en los usos de agua en el futuro. Las alegaciones que se conocen señalan desconfianza en que el Plan ni recoja ni solucione toda la problemática existente y que en los últimos años está enfrentando a los diferentes miembros y ayuntamientos que defienden las tesis de la plataforma Salvemos el Ega con la Mancomunidad de Montejurra. Es lo que tiene esto de hacer planes a largo plazo cuando está sin resolver lo más inmediato. Lo primero es mantener abiertas las lineas del diálogo y la negociación independientemente de las fechas preelectorales en las que nos encontramos. Algo difícil de conseguir porque los partidos están al acecho y será casi inevitable que no entren a saco en un tema que, por lo menos, genera polémica aunque los ciudadanos vean razones de peso en cada lado. Realizar una buena gestión del agua parece un objetivo ambicioso que el Gobierno de Navarra se ha marcado esta legislatura y de ahí el plan que intenta resolver una problemática a la que históricamente no se le ha hincado el diente (con perdón de la rima). Está claro que del pastel del Canal de Navarra a Tierra Estella le han dejado unas migajas que apenas traen nuevos proyectos que no sean la de cuestionar viejas y legítimas concesiones. Pero electoralmente o no, también se puede tomar la decisión de que en el futuro el Canal de Navarra reparta agua en mayor proporción hacia nuestra Merindad. Esto evitaría los enfrentamientos actuales y ademas, en fin, están a tiempo indicarlo o no en sus programas electorales.