estella-lizarra - Un estudio impulsado por Teder ha concluido que la Merindad va a necesitar para 2027 un total de 65 estaciones de carga para los 191 vehículos eléctricos que se calcula que circularán por ella dentro de ocho años. Actualmente en la Merindad hay ya once puntos de carga que están ubicados tanto en espacios públicos, porque se impulsaron desde los ayuntamientos, como en lugares privados, sobre todo en gasolineras que han dado el paso y han tomado la iniciativa en este campo. Por este motivo, hace falta la instalación a lo largo de toda la Merindad de 54 puntos nuevos.

Así, el análisis que se ha realizado estima las necesidades a corto plazo (año 2023) y a medio (2027). De manera que dentro de cuatro años harán falta 36 estaciones de carga nuevas y después otras 18 más. De ellas, para 2023 será necesario implantar siete de carga lenta; 16, de semirrápida y 13 de carga rápida o ultrarrápida. En 2027 no se necesitarán más lentas y habrá que sumar seis y doce de semirrápida y rápida, respectivamente. El tiempo que cada vehículo necesitará estar cargando dependerá de su propia batería y de la potencia de la estación de carga.

David Labeaga, que es la persona de Teder especializada en temas energéticos, explica que el informe detalla dónde se deberían ubicar las estaciones de carga, aunque posteriormente cada ayuntamiento puede tomar las decisiones que considere oportunas. Este planteamiento requiere una inversión total de 586.950 euros para 2023 y de otros 413.700 euros para 2027. A estos habrá que sumar los costes de mantenimiento que para 2023 serán de 153.100 euros anuales y de 104.300 euros más cada año desde 2027.

Por el momento, hay estaciones de carga en Estella (3), Lerín, Lerate, Viana, Mendavia, Arróniz, Sesma, Lodosa y Villatuerta. A estas habrá que sumar, según las necesidades detectadas, catorce nuevas en Estella, cinco en Viana, tres en Lodosa y Ayegui (una, en Irache); dos en Los Arcos, Andosilla, Villatuerta y Abárzuza (una va en Iranzu) y una Lerate, Zudaire, Baquedano, Arróniz, Zúñiga, Mañeru, Allo, Mendavia, Oteiza, Acedo, Larrión, Dicastillo, Sartaguda, Sesma, Cárcar, Genevilla, Lazagurría, Murieta, Salinas de Oro, Torres del Río y Lezáun.

A la hora de realizar este estudio se han tenido en cuenta todas las variables que influyen en un futuro consumo de energía eléctrica en los vehículos. Se han analizado las vías de comunicación existentes, los puntos turísticos, el número de habitantes en la localidades, las viviendas y su tipología (primera o segunda residencia) y la distribución del territorio.

Teder ya ha informado también a los ayuntamientos de las ayudas que están actualmente convocadas para este tipo de instalaciones y es que, como explicó Labeaga, el lunes mismo salieron convocadas subvenciones para movilidad (donde se incluyen los puntos de recarga) y ayer otras diferentes para adquirir vehículos eléctricos.

Este análisis ha sido posible gracias a que se hizo una similar en la comarca de Ripollés, enmarcado en el proyecto Enfocc, desde el que Teder ha recogido la metodología que se ha aplicado.