La cosecha cerealista se está haciendo de rogar este año. Las lluvias de las últimas semanas han retrasado el inicio de una campaña sobre la que se tienen grandes expectativas. Aunque parece que la calidad del grano va a ser algo inferior debido a las condiciones meteorológicas, se espera recoger cantidades récord. En cuanto a los precios, siguen a la baja en medio de un panorama económico global incierto.

Durante todo el año, los agricultores han aguardado el inicio de la cosecha con grandes expectativas. Las lluvias y las temperaturas templadas hacían presagiar una cosecha récord en cuanto a toneladas recogidas. Sin embargo, aunque el potencial de la campaña es muy alto, cada vez es más evidente la caída del peso específico. La calidad se ha visto afectada por el exceso de lluvia. Según José Javier Torrecilla, Técnico Agrícola de Intia, el exceso de humedad ha hecho aflorar malas hierbas, a las que han tenido que aplicarse tratamientos fitosanitarios. Aunque tanto trigos como cebadas han respondido muy bien a los cuidados, “la hierba está muy verde todavía para empezar a cosechar, por lo que habrá que esperar unos días”. Lo que se necesita ahora son unas cuantas jornadas seguidas de calor, las que permitan ir cogiendo ritmo para comenzar a trabajar de forma habitual. Todo apunta a que ese cambio de tiempo tan esperado podría llegar la semana que viene.

Será entonces cuando toda Navarra podrá empezar la cosecha a la vez. Al contrario que otros años, cuando la producción solía ser desigual de una zona de la comunidad a otra, todo apunta a que esta campaña va a ser muy uniforme, desde el norte hasta el sur. Julio Álvarez, Técnico Agrícola de Intia, dijo que “en las zonas altas se están estimando unos 6.000 kilos por hectárea, mientras que, en las bajas, unos 5.000, por lo que hablamos de cifras muy altas y similares de unos lugares a otros”. En Tierra Estella, área de la que se encarga, los más tempraneros se han adelantado unos días y ya han comenzado. Según Álvarez, los resultados que están recogiendo son optimistas, “hablan de unos 500 kilos por robada”.

En cuanto a los precios, parece que estos no están dispuestos a cambiar su tendencia a la baja. Las buenas previsiones de cosecha animan a los especuladores a bajar los precios, algo que se ve incentivado por la preocupación por la inestabilidad de los mercados por culpa de la pandemia. La crisis ya ha causado un daño muy importante en producciones ganaderas y podría trastocar también las agrícolas. Por tanto, los productores de cereales se encuentran en un escenario aún peor que hace unos meses cuando, antes de la crisis de la covid-19, salieron a las calles para protestar por los bajos precios percibidos.

En Allo ya han iniciado poco a poco la cosecha, sin esperar a las mejores circunstancias meteorológicas. Allí, Josu Martínez, gerente de Cerealista Ezkibel, aseguró que la previsión hecha es muy positiva, pues “aunque el grano vaya a ser peor, se recogerán más kilos”. En concreto, la cooperativa mueve la producción de en torno a unas 7.500 hectáreas. De estas, alrededor de un 50% están dedicadas a trigo, un 45% a cebada y, el resto, a otras tipologías como colza y avena. En cuanto a los precios, Martínez aseguró que es muy difícil de predecir, pues “los marca el mercado internacional”. Aun así, esperan que se vean afectados a la baja, no tanto por el carácter propio de esta cosecha, sino por la crisis global.

En esta misma línea van las previsiones hechas desde la Cooperativa Cerealista Loquiz, de Murieta, donde ningún agricultor ha empezado a trabajar. Su gerente, Edurne Zudaire, dijo creer que la bajada del peso específico se verá compensada por la mayor cantidad de kilos. En cuanto a los precios, parece serán “bastante más bajos que en años anteriores, tanto por la menor calidad del grano, como por la situación de crisis económica general”.