a covid-19 ha provocado cambios antes inimaginables. Pero, por suerte, hay cosas que permanecerán inalterables por muchas crisis que vengan. El Nacedero del Urederra es uno de los paraísos naturales por excelencia de Navarra. Un lugar que, manteniendo su esencia, ha sabido adaptarse a estos tiempos tan atípicos y al que muchos acuden buscando un remanso de paz en medio de la tormenta. Desde la pasada semana, la Reserva Natural reabrió sus puertas con algunas adaptaciones. Ahora, el aforo ha quedado reducido a 500 personas diarias, las que se distribuyen en tres franjas horarias, -de 00.00 a 10.59, de 11.00 a 13.59 y de 14.00 a 00.00 horas-. Además, los senderistas han de llevar mascarillas siempre que no pueda respetarse la distancia de seguridad y se ha balizado un recorrido por las calles de la localidad menos concurridas para evitar riesgos para los vecinos. A pesar de todo, la afluencia no ha disminuido y no parece que vaya a hacerlo, pues no solo sigue siendo un destino de referencia, sino que, en este momento, se plantea como una alternativa de ocio fiable.

En el caso del Grupo de Danzas Udaberri, procedente de Amorebieta-Echano (Vizcaya), la visita de Tierra Estella y del Nacedero del Urederra ha sustituido a su tradicional viaje anual por Europa. Para algunos de sus miembros, esta no fue la primera vez en la reserva, por lo que lamentaron que el resto de sus compañeros no puedan apreciar el tramo final de la ruta, cerrado hace más de un año por el Gobierno de Navarra dentro de un Plan de Uso Público. En su caso, a pesar de no haber visto la cascada, la familia vitoriana formada por Olga, Diego, Kiara y Elur dijeron haber quedado gratamente sorprendidos tras concluir el paseo. "Es espectacular, único", aseguró Olga, la madre. Según dijeron, la ruta, que realizaban por primera vez, fue "muy amena, sobre todo porque las personas son muy respetuosas con las medidas, como la delimitación de los miradores por aforo y tiempo". Además, también se recomienda no usar el mobiliario común de la zona de acogida. Y así lo hicieron Olatz, Naroa y Juana, procedentes de Vizcaya y que portaron sus propias hamacas para tomar la comida antes de comenzar la caminata. Por su parte, los bilbaínos Eduardo, Tamara, Leila y Naima tuvieron que amoldarse a un cambio de horario de última hora. La franja de las 9.00 inicialmente asignada fue sustituida por la de las 14.00. Aunque Eduardo, padre de familia, dijo temer que el calor afectara a sus hijas, la pequeña de la casa lo tenía claro, "yo quiero un patinete con asiento para hacer el camino", aseguró la dicharachera Leila.

Desde el Concejo de Baquedano, su secretario, Carlos García, señaló que las nuevas normas están funcionando correctamente y que el respeto de los visitantes está siendo ejemplar. Sin embargo, quiso denunciar la "baja calidad turística del sendero desde hace un par de años". "Desde que se cerrara el tramo final, hay muchas personas que quedan decepcionadas, pues piensan que la ruta se queda corta", aseguró. Según dijo, el trabajo de acondicionamiento es tarea del Departamento de Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra. "Nosotros estamos dispuestos a colaborar económicamente en lo que podamos, pero queremos soluciones", matizó. Así, desde el consistorio buscan poder abarcar mayores competencias en la gestión de la Reserva Natural. "De este modo, podríamos asegurar que el esfuerzo realizado vuelve al pueblo, generando empleo para personas del lugar". Aunque los beneficios obtenidos del nuevo parking son íntegros para el Ayuntamiento, el gasto de mantenimiento y el sueldo de los empleados acapara gran parte. A pesar de ello, "entendemos que el sacrificio vale la pena, pues todo esto da valor a la zona", concluyó.