La fundación Irujo Etxea Elkartea eligió a Lizarra Ikastola como su vigésimo premio Manuel de Irujo 2020. Una elección que se realizó “valorando el trabajo de esta comunidad educativa por la recuperación del euskara y la cultura vasca”. Eso sí, el galardón no podrá ser entregado hasta 2021 por culpa de la pandemia. Entre los méritos destacados de este centro de educación ubicado desde hace 50 años en Estella-Lizarra se encuentra el de recoger el testigo del alcalde de Estella, Fortunato Aguirre (asesinado en 1936) quien precisamente fuera uno los fundadores de la primera ikastola en 1932 en Estella. Un centro que desde Irujo, recordaron, estuvo situado en la Plaza de los Fueros y cuya historia fue corta ya que fue “clausurada tras el golpe militar”. Entre los que formaron parte de aquella iniciativa recuerdan el nombre de su andereño Petra Azpiroz Lazkano, quien tras ser apartada de sus funciones también “fue inhabilitada para ejercer cualquier actividad docente”.Desde Irujo Etxea recuerdan que fue 24 años después cuando un grupo de padres y madres apostaron por iniciar un proyecto educativo en euskara. “No podemos olvidar que por aquellos años, el euskara además de ser una lengua muerta en Tierra Estella, no gozaba de muchos defensores en las instituciones educativas de Navarra”, afirmaron. Entre los méritos que destacan de Lizarra Ikastola para la concesión del XX Premio Manuel de Irujo, está el de que “con esfuerzo, trabajo e ilusión, este proyecto fue creciendo hasta convertirse en un centro referente en nuestra Merindad”. “Este premio queremos hacerlo extensivo no solo a las familias, al profesorado y al alumnado que ha pasado en estos largos años por la Ikastola, sino también a todos los colectivos y gente de Lizarra y merindad que han apoyado e impulsado este proyecto.