- La antigüedad de la depuradora de Estella-Lizarra hará que "se reforme en profundidad en dos o tres años". Este es uno de los avances que realizó Fernando Mendoza, gerente de la sociedad pública Nilsa, tras presentar la licitación de las obras de la línea de mejora de los fangos de la depuradora, que contará con una presupuesto de 1.427.565 euros. "Llevamos un tiempo ofreciendo soluciones a problemas como los olores además de tratar otros temas técnicos como la eliminación de los nitratos, un problema importante ya que contábamos con el apercibimiento de las Confederación Hidrográfica del Ebro".

Ahora se trata de solucionar otra de las limitaciones, como es que la vieja depuradora de Estella, inaugurada en 1994, estaba al límite de su capacidad. Con las nuevas obras que se prevén y que estarán concluidas a final de 2021, se actuará en varios frentes de la infraestructura como "la remodelación de los espesadores, del edificio de deshidratación, los tanques de almacenamiento, el almacén de rebose y el centro de control de motores".

Se trata así, de realizar un cambio completo del área, ya que hasta ahora, la materia orgánica retirada del agua se somete a un proceso de deshidratación que conllevaba problemas de olores que se padecen en puntos de acceso a la ciudad. Y es que los fangos producidos en esta depuradora actualmente son secados antes de ser posteriormente transportados a otros centros especializados donde son transformados en abonos para la agricultura. Un proceso muy costoso que podría ser minimizado en el futuro tras las nuevas obras de renovación.

La financiación de las obras se llevará a cabo con el canon de saneamiento que gestiona NILSA y que, desde la década de los 90, cobra Mancomunidad de Montejurra, propietaria y gestora de las infraestructuras. Una entidad, esta última, que se ha propuesto como uno de sus grandes objetivos, la "optimización" de la depuradora. Por un lado, con las eliminación de los olores; por otro, con la supresión de "la nitrificación y desnitrificación" de los vertidos y, finalmente, aumentando la capacidad de la depuradora. En este sentido, en 2019 se iniciaron las obras para "desolonizar" (quitar el olor) de la depuradora instalando, entre otras cosas, un filtro de mangas -separa elementos sólidos de los gases-. Un año más tarde, a instancias de la CHE, se actuó en las balsas de nitrificación y desnitrificación de las aguas residuales y, finalmente, se ha trabajado en el aumento de la capacidad de la depuradora, "pensando en que pudiera instalarse alguna empresa", comentó Ulíbarri.

Con la obra pendiente -que tiene prevista una duración de unos ocho meses-, se quieren mejorar los procesos de lodos resultantes de la depuradora. En ese sentido, además de poner depósitos de almacenaje para estos materiales, también se van a cambiar las máquinas centrifugadoras que los propulsan.

Con todo, esta fase podría ser transitoria ya que, "estamos analizando los caudales con la idea de ampliar la depuradora en un espacio de entre dos y siete años", reiteró Ulíbarri confirmando también la opinión expresada por el gerente de NILSA.

Una de las novedades del nuevo proceso de depuración será que los lodos sean encapsulados en tanques cerrados, con lo que "se reducirán considerablemente los olores. Esta ampliación permitirá también que la planta tenga capacidad para más vertidos, además de cumplir con los requisitos de la CHE de reducir los nitrógenos", apuntó el presidente de Montejurra.