- Con un año de retraso, la fundación Irujo Etxea Elkartea presentó a Lizarra Ikastola para su vigésimo premio Manuel de Irujo 2021. Tras un paréntesis por la pandemia, el presidente de la fundación Koldo Viñuales reiteró los méritos de esta comunidad educativa y su apuesta por la recuperación del euskera "que ha logrado que sea una lengua viva en nuestra merindad". Viñuales destacó que este centro supiera recoger el testigo del otro que ya en 1932 pusieran en marcha en Estella, entre otros el alcalde asesinado en 1936, Fortunato Agirre, y que fue clausurado tras el golpe militar. Sería Petra Azpiroz (premiada en 20210) la primera andereño de aquel centro que finalmente acabo inhabilitada para ejercer la docencia. Un silencio que duraría 24 años hasta que en 1970 un grupo de padres y madres comenzó la aventura de un centro educativo en euskara. Una lengua que había desaparecido de la merindad en la segunda mitad del siglo XIX.

Fue en la década de los 70 cuando se contó con la colaboración del Ikastola San Fermín y el colegio El Puy cuando sus primeros alumnos y alumnas se instalaron en el edificio del Frontón Lizarra. "No podemos olvidar que por aquellos años, el euskara además de ser una lengua muerta en Tierra Estella, no gozaba de muchos defensores en las instituciones educativas de Navarra", afirmaron.

Entre los méritos que atribuyeron a Lizarra Ikastola para la concesión del XX Premio Manuel de Irujo, está el de que "con esfuerzo, trabajo e ilusión, este proyecto fue creciendo hasta convertirse en un centro referente en nuestra Merindad". En este sentido desde Irujo Etxea si hizo extensivo "no solo a las familias, profesorado y alumnado que ha pasado en estos años por Lizarra Ikastola, sino también a todos los colectivos y gente de Estella y Merindad que han apoyado este proyecto", reiteró Koldo Viñuales quien adelantó que la celebración de la entrega del premio será en el patio de Lizarra Ikastola el primer sábado de octubre, quince días antes de que Estella-Lizarra acoja el Nafarroa Oinez de 2021.