Este año ya hacen los 50 años desde que los hermanos Fortún y Constantino Díaz Elcano salieron a las calles de Estella-Lizarra con sus gaitas junto con su primo Kintxo Arbizu al tambor completando el trío. Aquellas de 1972 fueron sus primeras fiestas como gaiteros, además en un momento muy especial para la ciudad como era la salida de los grupos tras el cohete en el desfile que parte del zaguán del ayuntamiento el viernes de Gigantes. “Fue todo un atrevimiento”, recordaba ayer Fortún Díaz, “no contábamos entonces con las gaitas que nos hubiera gustado ya que las que teníamos las habíamos comprado en Vitoria y las boquillas las hizo mi hermano Constantino con el interior de las cañas, así que no duraban nada y se rompían en mitad de la actuación”.

50 años despues los protagonistas en el mismo escenario.

Lo cierto es que este trio abrió una puerta en el cerrado mundo de los gaiteros en Navarra en la década de los años setenta. Medio siglo de un acto que ayer recordaban con ilusión. “Antes habíamos tocado en actos como las finalistas del Club Montañero, en Echauri, Etxarri o San Adrián”, pero actuar en su ciudad en el arranque de las fiestas patronales supuso todo un espaldarazo para esta tresena de neófitos que soñaban con tocar la gaita pero su aprendizaje solo era posible como autodictas ya que nadie quería enseñarles. Su trayectoria sufrió un parón primero en1973 en el que no salimos por el fallecimiento de un familiar. Un año más tarde “estábamos en la mili y pedimos al Ayuntamiento de Estella que nos llamaran para tocar en fiestas y así lo hicieron y pudimos salir de las maniobras en el Carrascal”, afirmaron Kintxo y Fortun. Posteriormente, recordaban que salió un grupo cuando “Lacunza popularizó un método para aprender a tocar la gaita que nos vino muy bien”. De ahí salieron varios gaiteros en un momento en el que el instrumento “estaba de capa caída”. En el recuerdo de hace medio siglo, el trío contó que “fue una odisea meterese en ese mundo en el que había grandes familias que se dedicaban a ello”. Ayer rememoraban aquel momento irrepetible de hace 50 años “cuando apenas teníamos 20”.