Aunque ayer fueron otras manos a las habituales las que elaboraron las más de 1.200 raciones de pochas, el resultado no pudo ser mejor, y todo fueron halagos para los nuevos cocineros; Ángel Morrás y Javier Lorente. Y es que los sesmeros, y muchos invitados de localidades vecinas, disfrutaron, de nuevo, de esta gran pochada popular que ya va por su 36ª edición.

Una cuadrilla de jóvenes del municipio, con los platos llenos de pochas a punto de empezar a comer.

Abarrotando la calle, como no podía ser de otra manera, fueron muchas las cuadrillas que desde primera hora de la mañana colocaron sus mesas y sillas de forma estratégica buscando el mejor sitio.

Momento en el que comenzaron a servir la comida.

Ajenos a todo ello, y disfrutando del momento, tal y como explicaban, estaban Lorente y Morrás que, desvelaban, su trabajo comenzó el lunes por la tarde. “Ese día pelamos las verduras e hicimos el sofrito y el caldo con el que, he de decir, nos pilló el toro porque tuvimos que dejarlo haciéndose casi hasta la una de la madrugada”, contaba Lorente que aseguraba estar satisfecho con el resultado pese a que no tiene experiencia profesional en la cocina (a diferencia de Ángel que sí que se ha dedicado a ello).

María Rodríguez y Cristina Romero llevando pochas a su mesa.

El hecho de acabar con el delantal puesto, un sesmero (Morrás) y un pamplonés (Lorente), fue algo fortuito. “La anterior pareja, después de varios años haciendo las pochas, lo dejaba. Creo que es importante tener claro que las fiestas no se hacen si el pueblo no se implica, es decir, da la sensación de que las fiestas las tiene que organizar el Ayuntamiento y no es así. Al final, las hace el pueblo también, y si algo nos han enseñado estos años de pandemia ha sido que si no nos unimos, juntamos y trabajamos en común, la cosa no funciona. Es necesario implicarse”, comentaba Lorente que insistía en que “por mi parte se puede decir que son de capital, cien por cien de Pamplona, pero llegué aquí hace 9 años de la mano de la que ahora es mi mujer y madre de mis hijos y, aunque soy forastero, me apetecía implicarme. Siempre he tenido un poco de complejo por el hecho de no tener pueblo y ahora lo tengo; Sesma me ha acogido muy bien y me apetecía echar una mano. Todo lo que Sesma me da y, sobre todo lo que le da a mis hijos, lo intento devolver”.

Pequeños y mayores disfrutaron de una gran jornada festiva.

La puesta a punto

Ayer por la mañana, tras organizar toda la infraestructura, se pusieron manos a la obra en torno a las 10.00 horas y, para las 13.30 horas, todo estaba listo. Después de probarlas, y ante la expectativa que habían generado los nuevos chefs, “nos han quedado en su punto”, alegaban. “Eso sí, hemos tenido mucho cuidado con la sal, igual hasta hemos pecado de echar de menos por lo que a alguno le ha podido parecer que estaban sosas, pero ponerle un poco más luego tiene remedio y quitarle, no”.

Los 12 calderos, con capacidad para unos 200 litros, aguardaron calientes hasta las 15.00 horas, que es cuando las cuadrillas, con grandes soperos, fueron acercándose a los bajos de la iglesia para recoger su comida.

“Hemos mantenido las cantidades, 260 kilos de pochas, y hemos conservado la receta. No nos hemos atrevido a hacer nada nuevo porque era la primera vez de los dos y no queríamos líos”. De hecho, mientras hacían la comida contaron con la ayuda y asesoramiento de Kiko Zábal, que controla del tema y le gusta cocinar, de Pedro Mangado, de la brigada, y de otros sesmeros a título particular que iban y venían dándoles consejos.

El año que viene, y satisfechos con el resultado, esperan volver a ponerse en los fogones. “Ha sido algo chulo; ha sido nuestro trabajo pero con la implicación de muchos vecinos”, concluía Lorente.

Mesa de autoridades

Allí, en una gran mesa, como suele ser habitual, hubo muchísimas autoridades forales y locales que acompañaron a la corporación municipal con Charo Echávarri al frente; estuvieron la presidenta del Gobierno, María Chivite, que también se dejó ver en el chupinazo de Mendavia, parlamentarios forales, así como alcaldes y concejales de municipios como Andosilla, Azagra, Lazagurría o Lodosa, entre otros.