“Por unas fiestas libres de agresiones sexistas y lgtbi fóbicas. Viva la virgen del Pópulo y viva San Martín de Unx”. Esa fue la frase que tanto Nahia de Carlos, de 19 años, como Amparo Muruzábal, de 73 años, proclamaron desde el balcón consistorial de la localidad antes de prender la mecha festiva. Y es que ambas mujeres, en representación de la asociación de mujeres Garnatxa fueron las encargadas de lanzar el cohete que dio inicio a seis días de fiesta. Ambas aseguraban estar “muy nerviosas pero muy ilusionadas” durante esos minutos previos.

“La asociación la componemos unas 50 mujeres de la localidad, y entre todas decidieron que fuéramos nosotras, la más joven y la más veterana, las lanzadoras del cohete. Llevamos dos años de andadura y luchamos por hacer de nuestro pueblo un lugar más feminista, además de trabajar en el ámbito de la igualdad para potenciar la participación femenina en el medio rural, con el fin de ser un punto de encuentro, de unión, de apoyo y de autocuidado para las mujeres de la localidad y de la Zona Media”, detallaban las protagonistas del día. “Las más veteranas estamos encantadas de que las nuevas generaciones sean sensibles a estos temas y apuesten por estas reivindicaciones tan feministas, y que nosotras llevamos luchando tanto tiempo”, añadía Amparo.

Serafín Lerga Lerga inauguró las fiestas desde la Residencia de la localidad.

Otra mujer protagonista del día fue Julia Gabari, la única niña nacida durante el pasado año en el municipio. Junto a sus padres Carlos Gabari y Ángela Ibañez, y su hermano Jon, Julia recibió como obsequio de manos de Amaia Meléndez, concejala de Festejos, un pañuelico con el escudo de San Martín de Unx.

Los y las txikis recogen caramelos tras el cohete.

Javier Leoz, alcalde del municipio por tercera legislatura consecutiva, tampoco quiso perderse esta cita tan importante en el calendario. “El presupuesto ronda los 30.000 euros, y las orquestas son quienes se llevan el mayor porcentaje. Como alcalde, espero que las fiestas transcurran con tranquilidad y mucha alegría, aunque en San Martín eso es fácil que ocurra, puesto que tenemos buen vino. Y el buen vino siempre ayuda a que todo salga bien”, sostenía.

Las mujeres de la asociación Garnatxa momentos antes del cohete.

Para todas las edades

Tras el cohete, la fiesta siguió en la calle. Una calle abarrotada, gracias al buen clima, de personas de todas las edades, desde los más pequeñas hasta los más mayores. Porque los y las abuelas también tienen su hueco e importancia en las fiestas. Y como es tradicional, a la una y media del medio día la residencia Santa Zita oficializó su propio chupinazo. Fue el residente más mayor, Serafín Lerga Lerga, quién tuvo el honor de prender su mecha más especial. A su vez, los y las residentes tuvieron la visita de unas joteras muy especiales: las hermanas Ana y Elena Leache, quienes se atrevieron con varias muy emotivas.

Las novedades

El programa festivo cuenta con novedades respecto al año anterior, como el torneo de futbolín que se celebrará el último día de fiestas, o los conciertos que ha organizado la juventud para el viernes día 5. También habrá disponible varios puntos morados feministas para aquellas que lo necesiten.