La materia prima que nutre José Antonio Baigorri demostró que posee una bravura que desparrama tanto bajo el diluvio universal como en medio de una polvorienta y sudorosa estepa, que es lo que era ayer el ruedo de la villa navarra de Lodosa. Cuatro de los seis utreros que no se lidiaron el 5 de julio en Pamplona conjuntaron un encierro importante por presentación y juego. Sólo se les cortó dos orejas, pero con un buen uso de los aceros estaríamos hablando de salidas a hombros de los dos novilleros actuantes: Diego Bastos y el mexicano Bruno Aloi. A la postre, si pudieron pasear a cada oreja de los dos novillos con más cuajo, más cara y con mayor calidad y duración en el las manufacturas de muleta. Ambos chavales no dejaron nada en la furgoneta de cuadrillas y lo dieron todo ante Puñalero y Arquidito. Cuajaron faenas completas; con mayor clasicismo y profundidad al natural por parte de Bastos ante Puñalero, un novillo que cumplió en dos duros puyazos y entregó su brava calidad, siempre con el morro por el suelo. También los dos primeros, otro Puñalero y Ofuscado, fueron buenos.
Ganadería
Ganadería de Pincha. Cuatro utreros bien presentados, como para plaza de primera el 3º y el 4º. Cumplieron en varas. Nobles y con calidad y fondo El 3º (dos puyazos), premiado con vuelta al ruedo. Todos aplaudidos.
Los novilleros
Diego Bastos. De azul y oro. En el 1º, silencio tras aviso. En el 3º, oreja.
Bruno Aloi. De verde esmeralda y oro. En el 2º, silencio tras aviso. En el 4º, oreja tras aviso.
Las gradas
Presidencia. Bien a cargo de Luis López Gaínza.
Incidencias. Calor. Buena entrada en sombra y muy escasos aficionados en sol. Brillante la Banda de Música.