Ayer fue festivo y se notó con creces en las laderas de Falces que estuvieron a rebosar de espectadores, como ninguno de estos días atrás, y eso que el Pilón coincidió por primera vez este año con el encierro de Tafalla y había algunas dudas al respecto. Con la gente llegando en masa hasta cinco minutos antes del cohete, a las 9.00 horas en punto, las vacas del ganadero Eulogio Mateo salieron del corral arreadas por él mismo. Los mozos, algunos de los cuales realizaron largas carreras delante de la manada, muy agrupada y compacta, lograron bajar casi sin incidentes; allí estuvo, acaparando alguna mirada, el falcesino que fue trasladado al hospital el lunes con un traumatismo facial y que lució un pequeño vendaje en el brazo. De hecho, los efectivos de la DYA, tal y como apuntó la portavoz Adriana Autor, solo tuvieron que atender a dos varones con heridas leves.
Cuando el cronómetro marcaba algo más de 30 segundos, ya se empezó a ver a los primeros corredores lanzarse a ambos lados del monte en torno a la fuente de los Pajaricos, y es que, aunque algunos decían al llegar abajo que las vacas habían hecho amago de frenarse en la cuesta, afortunadamente optaron por lanzarse al tramo final imprimiéndole al descenso una velocidad vertiginosa; el último animal entró al corral a los 56 segundos.
15 aniversario
Para el carcarés Mateo, que lleva 15 años yendo a Falces de forma ininterrumpida salvo en tiempo de pandemia, cuando no se celebró el festejo, “la carrera ha ido bien; estoy contento, la verdad, porque han subido y bajado del tirón, con brío, que es lo principal y, además, han disfrutado los corredores”.
Aunque él no pudo ver la bajada, allí estaba a pie de corral viendo algún vídeo y recibiendo las primeras impresiones de quienes le acompañaban. “He traído vacas delanteras que arrean, que abren camino y que se dejan azuzar para que no haya problemas”. Además, y para seleccionarlas en el campo, exponía que “para el Pilón buscamos vacas que sean morfológicamente parecidas, bonitas y delanteras, como te decía; no así para la prueba de ganado, que ahí apostamos por animales más contrastados”.
De las diez reses, tres ya habían corrido y 7 eran nuevas. Y es que su principal aliciente era que no se le escapasen: “Este es un encierro peculiar porque van por el campo y es muy bonito, pero si las vacas se escapan, que puede suceder, que se apriete la manada y se caiga alguna a la poza, es un trabajo añadido y, mucho, mucho más, si se escapan, porque hay que buscarlas. Estos días hay mucha faena; estamos en muchos pueblos; hay que apartar, hay que echar de comer y, si encima te tienes que ir por campo a por ellas, pues es un problema añadido”.
A las 6.00 horas, desvelaba, cargaron a los animales, a los que después cambiaron para el encierro de mediodía, una operación que repitieron para el festejo de la tarde. “El Pilón es un encierro muy llamativo y muy bonito; es un encierro especial y el ambiente también es diferente a cualquier otro sitio. Nosotros hacemos casi todo en asfalto; este año sí que fuimos al Estrecho, en Arguedas, pero es diferente. Este encierro es único porque se sueltan las vacas por el campo y es muy emocionante”.
Por último, y en cuanto a la partición del recorrido del encierro en la prueba de ganado posterior y por la tarde, para él “creo que es un acierto porque hay vacas muy buenas que, si se juntan con otra o conocen el pueblo, no se separan y así es más difícil verlas y recortarlas. Sin embargo, de esta forma hay un animal arriba y otro abajo y creo que se puede disfrutar más”. l
ENCIERROS DE 2024
