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Tafalla late en blanco y rojo

Con el estallido festivo, los tafalleses y tafallesas han tomado la plaza Francisco de Navarra, en la que se ha desatado la juerga. Después la fiesta se ha trasladado a las calles de la localidad con la salida de las peñas, la Banda Municipal y los txistularis

Fotos del chupinazo de TafallaJavier Bergasa

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El sol estaba comenzando a caer a plomo sobre las estrechas e intrincadas calles del Casco Viejo de Tafalla, sin embargo, los tafalleses han combatido el calor almorzando y bebiendo bajo la sombra de las callejuelas. Álex Pérez es uno de los vecinos que estaba cogiendo fuerzas de cara a uno de “los días más fuertes del año”. “Nosotros sabemos cuándo empezamos, pero no cuándo acabamos”, bromea el joven de 20 años, a la vez que ha añadido que sus actos favoritos de las fiestas son “los encierros y los toros en sol”. Tras terminar las viandas que tenían para almorzar, Álex y su cuadrilla ponían rumbo a la plaza Francisco de Navarra para ver el chupinazo.

En otra mesa alargada, Paula Martínez, de 32 años, “tafallesa obligada a vivir fuera por trabajo”, cuenta los minutos para vivir las fiestas con su “cuadrilla de toda la vida”: “Estás casi todo el año fuera de casa y cuando vuelves es una gozada reencontrarte con tus vecinos , familiares y amigos”, apunta Paula con energía. 

Conforme se acerca la hora señalada, riadas de adolescentes y jóvenes bajan por la avenida de Sangüesa rumbo al chupinazo. Laia Belzunce, de 15 años, y con una botella de sangría “para manchar a la gente”, se muestra nerviosa debido a que iban a ser las “primeras juergas de su vida”. 

Sin tanta energía como los más jóvenes, pero con el mismo “hormigueo en el estómago” de siempre, Félix Barásoain, con más de 70 años a sus espaldas, espera apoyado en el vallado ubicado frente a la plaza para anudarse el pañuelico al cuello. “Las vives de una forma más calmada por los años, pero las vives, que es lo importante”, afirmaa Félix y añade que entre sus actos predilectos se encuentran la Subida a la Salve y las comidas en la sociedad con amigos y familia.

Según se acercaba el mediodía, la plaza Francisco de Navarra comienza a bullir preparándose para el estallido festivo. Delante del kiosco, decenas de jóvenes se entremezclan arrojándose sangría y cantando canciones con el “lo, lo, lo”. Subida a los maderos del vallado, Maider López observa con asombro el panorama. Para ella, a sus 5 años, las de ayer eran casi sus primeras fiestas: “Lo que quiero ver son los gigantes con mis aitas”, relata la chiquilla bajo la mirada orgullosa de sus progenitores. 

El momento más esperado llega y, tras el estallido del cohete de manos del centenario club tafallés, la Banda de Música Municipal La Tafallesa, apostada en el kiosco de la plaza, ha comenzado a tocar sus canciones con las que Maider ha comenzado a saltar a hombros de su padre. 

Salida de las peñas

Con Tafalla metida de lleno en sus fiestas, las tres peñas de la localidad, El Cierzo, El Aguazón y El Empuje, han realizado con sus respectivas pancartas y charangas una ronda por la calle Severino Fernández.

Las peñas han dado ambiente durante los momentos posteriores al chupinazo

El recorrido estaba masivamente seguido por tafalleses de todas las edades que pedían ser rociados de agua desde los balcones. Las cuadrillas, cogidas de los hombros han ido avanzando al son de las charangas mientras decenas chorros de agua fresca fueron arrojados desde los balcones para mitigar el calor cada vez más intenso del gentío. Una vez que las peñas se perdieron por los bares para tomar el vermú, la Banda de Música, los gaiteros y los txistularis de la localidad realizaron también el recorrido por la misma calle. Los tafalleses entraron así en una vorágine festiva que se prolongará hasta el 20 de agosto.