En la tercera jornada de las fiestas andolenses los protagonistas han sido los niños y niñas de la localidad, muy especialmente, los y las integrantes de la corporación infantil que se han encargado, después del encierro con vacas txikis, de lanzar el chupinazo y de dar comienzo a su gran día. El alcalde, Nizar Olea Ahl Yaiche, ha sido quien se ha dirigido a quienes aguardaban en la plaza consistorial con sus pancartas.
Con voz firme, ha gritado: “Andosillanos, andosillanas. El Ayuntamiento txiki os desea que tengáis unas maravillosas fiestas. ¡Viva Andosilla! ¡Viva Navarra! ¡Viva la Virgen de la Cerca”. Junto a él han estado también la teniente de alcalde, Marina Hernández Navarro; el juez de paz, Dayron Amatriain Herrera; así como los concejales y concejalas Daniela Mendoza Soto, Artzai Apellániz Roldán, Lidia San Martín Lorente, Javier Martínez Lorente, Carmen Ruiz Gastesi, Daniel Oteiza Sádaba, Emma Resano Aldeondo, Manuel San Miguel Jiménez y Miguel Serrano Resano.
Nizar, muy contento con el cargo que le ha tocado ostentar por sorteo, aseguraba que no se lo esperaba. De 9 años (cumplirá 10 en diciembre), ha empezado 5º de Educación Primaria y, de momento, no se plantea ser alcalde de mayor, pero tampoco tiene muy claro a qué quiere dedicarse. Eso sí, su asignatura favorita es la educación física, y la que menos le gusta, lenguaje. De las fiestas, y coincidiendo con el resto de sus amigos, destaca el chupinazo y pondría “más barracas y vacas bravas para nosotros”.
La corporación infantil ha bajado a la plaza y ha podido bailar al son de la txaranga Turrutxiki y disfrutar con los valses de la comparsa de gigantes y cabezudos.
La comparsa crece
Quienes también acaparan estos días todas las miradas son los dos nuevos gigantes medianos que la comparsa ha estrenado: Maricer (por María de la Cerca, nombre que antes se ponía mucho en honor a la patrona, la Virgen de la Cerca) y Sebastián (por San Sebastián, patrón del municipio), figuras hechas por Aitor Calleja y que el Ayuntamiento ha adquirido por 9.000 euros.
De acuerdo con Javier Amatriain ‘Magacha’, presidente de la entidad andolense, le pidieron al Consistorio la posibilidad de adquirirlos con el objetivo de “tener un paso intermedio entre los cabezudos, que históricamente los han sacado los niños y niñas de 13 años, y los gigantes, para que el salto no fuese tan grande. Estos son más equilibrados, más fáciles de llevar y más ligeros”. De hecho, ahora están con ellos una chica de 13 años y un chico de 18 con la idea de generar interés en la gente joven.
Las figuras son representativas del municipio, y es que, sin ser nadie en concreto, él es un hombre trabajador del campo, con espárragos, una alforja, y con la vestimenta de antes, y ella, una empleada de una fábrica conservera.
En la comparsa, con 12 integrantes en la actualidad, “a veces cuesta que los niños y niñas cojan los cabezudos, pero ahí seguimos, y la idea es intentar salir siempre con las 6 figuras”.
Retos a futuro
Han iniciado un proyecto de restauración para adecentar cada año alguna parte de los gigantes; coronas, manos, pintura… y, de cara al año que viene, desvelaba Javier, “tenemos la idea de hacer un nuevo cabezudo que sería una figura propia de la comparsa, distinta y representativa del pueblo”.