DESCUBRIR cómo cocinar una merluza a la gitana o cómo realizar un zarangollo fueron algunas de las actividades culinarias que mantuvieron entretenidas a diez mujeres de etnia gitana durante el curso de cocina que, organizado conjuntamente entre la Asociación San Fermín de los Gitanos y el Ayuntamiento de Pamplona, tuvo lugar ayer por la tarde en las instalaciones del bar Gallego (calle Jarauta).

Roberto Etxebeste, gerente del propio bar, fue el encargado de dirigir las dos horas que duró el curso en unas instalaciones que se quedaron pequeñas debido al éxito de la actividad. "La iniciativa surgió de la Asociación de San Fermín de los Gitanos. La idea era introducir a la gente gitana dentro de lo que es su propia cocina tradicional, una cocina de origen pobre basada, sobre todo, en legumbres, verduras y arroces. En realidad, se trata de acercarles a su cultura y, además, enseñarles también un poco de cocina italo-mediterránea, para compatibilizarlo con la reinserción social", señaló Etxebeste antes de que sus alumnas le ofrecieran uno de los delantales que habían comprado expresamente para el curso.

Unos delantales, similares a vestidos de faralaes, que de entrada mostraban la alegría y el entusiasmo con que las mujeres llegaron al curso para aprender. "Es la primera vez que se hace esta actividad subvencionada por el Consistorio", comentó el cocinero. "En esta ocasión vamos a cocinar merluza gitana y zarangollo, que es como si fuera un pisto de verduras pero con la peculiaridad de que el huevo cuaja directamente con la propia verdura y se termina de romper en ella", explicó poco antes de ponerse manos a la obra.

COCINA TRADICIONAL Las diez mujeres pusieron mucha atención durante las explicaciones de Etxebeste, quien no solamente les mostró cómo cocinar sino que les invitó a probar a hacerlo ellas mismas. Un poco tímidas al principio, pero alegres y dicharacheras, se fueron acercando al profesor que con suma tranquilidad fue explicando paso a paso cómo realizar las recetas. "A mí me gusta mucho aprender, pero no me gusta cocinar", afirmaba sonriente Julia Jiménez, una de las alumnas y madre de cuatro hijos. "Pero habrá que ponerlo después en práctica. Así podremos hacerlo luego para nuestra familia", reconoció.

Cómo cortar la patata en rodajas, o la cebolla al estilo juliana, braumoise y midi-point fueron algunos de los trucos que las gitanas pudieron descubrir durante la actividad. "Normalmente vienen más mujeres mayores que jóvenes. Las mayores buscan recuperar la tradición, las jóvenes suelen preferir otro tipo de comida como la italiana o la mediterránea", admitió Chema Muñoz, presidente de la asociación. "Los cursos han tenido mucho éxito y esperamos el año que viene poder abrir más plazas para que también los payos puedan apuntarse si quieren", comentó.