pamplona - El Ayuntamiento de Pamplona inició ayer los controles sobre el cumplimiento de la normativa a cada uno de los 222 establecimientos de hostelería del Casco Antiguo a través de un grupo transversal compuesto por persona de Policía Municipal, Urbanismo y Medio Ambiente (Ingeniería Ambiental). La campaña se prolongará hasta finales de marzo y uno de los aspectos que se está revisando es si el establecimiento cuenta con el preceptivo aparato limitador de potencia acústica, además de un registrador de niveles de ruido con información descargable. Este tipo de aparatos son obligatorios para todos los bares y restaurantes de lo Viejo desde que se aprobó la modificación del PEPRI (entró en vigor en 2017), la normativa referente al Casco Viejo. “Todos los bares y cafeterías tienen que tener un sistema con limitador y registrador de emisión musical, y el límite de emisión tiene que ser de 70 decibelios”, subraya Carlos Eguizábal de Inspección de Ingeniería Ambiental del Ayuntamiento. Hasta ahora este tipo de aparatos sólo era necesario en el caso de bares especiales como por ejemplo el Kabiya o el Ulzama.

“En el momento en que esté superando cierto nivel lo que hace es penalizar al bar y cortarle parte de la potencia de emisión musical para que se mantenga siempre en esos rangos. Es un equipo que está tarado y precintado para que no se pueda manipular”, reitera.

“Eso no quita para que puedas tener otro equipo paralelo, otro amplificador y otros baffles por lo que existe un equipo que se llama registrador, que tiene un micrófono en el techo del local con una rejilla especial y precintos especiales para que recojan cada cierto tiempo el nivel acústico del local. Esos datos se quedan registrados en un equipo y no se pueden manipular. Lo que hacemos cada cierto tiempo es volcar esos datos y analizar los niveles conforme a las condiciones de licencia de cada local”, remarca. “Su colocación y características se someterán al visto bueno del Ayuntamiento, debiendo quedar a su disposición”, recoge el PEPRI.

“Son bastantes los locales que cuentan con estos equipos. Cuando se hacen las inspecciones de oficio -periódicas- a los bares que no los tienen se les requiere para que los instalen, y esperamos que en el menor plazo de tiempo todos los locales se acondicionen a su licencia”, remarca Eguizábal que aclara que los controles se iniciaron a finales del año pasado. “Con esta nueva campaña se pretende agilizar esta adecuación”. Su coste ronda los 2.000 euros (con instalación incluida) y tienen que colocarlos instaladores autorizados. “Es como un coche que tiene la velocidad limitada y, por otro lado, el tacógrafo que llevan los camiones”, remarcan. Controla la emisión musical no así el ruido ambiente.

Por otro lado, el año pasado se detectaron un total de 85 sonometrías positivas en relación al ruido de las cuales 17 tenían como origen locales de hostelería. En este caso eran denuncias de Policía Municipal a demanda de la ciudadanía y con mediciones en la vivienda afectada porque superaba el máximo permitido. Otros parámetros que se miden en esta campaña tienen que ver con el tipo de licencia de apertura y estado de fachadas, terrazas y toldos...

doble puerta para el 2025 El centro histórico de Pamplona tiene en estos momentos 222 establecimientos de las categorías (59 con licencia de bar, 46 bar-especiales, 44 de cafetería, 14 restaurante-bar, etcétera). El epígrafe cafeterías- restaurantes y bares son la mayoría. En las disposiciones finales de la norma (modificación del PEPRI) también se señala un plazo hasta el 2025 para que estos locales instalen doble puerta en el acceso con habitáculo de absorción acústica. “Mientras no instalen la doble puerta estanca la limitación acústica es de 70 dBA. Para los que tienen doble puerta la máxima musical es de 75 dBA”, subraya. Los bares especiales ya tienen limitador y registrador con un límite de 90 decibelios porque “son locales mejor acondicionado acústicamente y mejor aislados”.

Desde el área de Ecología Urbana se aclara que es el decreto foral de 2002 el que establece los horarios y el límite acústico por el que los bares y bares-restaurantes pueden alcanzar los 75 dBA en caso de disponer de doble puerta. Mientras tanto, el límite que marca el PEPRI es de 70 decibelios. Otra de las novedades del PEPRI es que todas la cafeterías tendrán que mantener en su interior al menos un 50% de su superficie útil (descontada la superficie de aseos) como zona de estancia con mesas y sillas.