pamplona - El fotógrafo Iñaki Vergara y el periodista Ion Orzaiz inauguraron la semana pasada en el Museo de Educación Ambiental del Ayuntamiento de Pamplona Artzaina-el pastor: una vida unida a la tradición. La exposición gira en torno al pastor de Uharte Arakil Ricardo Goikoetxea y pretende dar a conocer e inmortalizar una forma de vida que está desapareciendo de sierras y valles: la del pastor como tradicionalmente se ha entendido. En el monte con las ovejas, cuatro meses al margen de la civilización, con todas sus durezas y peligros.

Cuenta Iñaki que el libro del que nace la exposición, publicado hace 10 años, fue “un proyecto en varias etapas”. Desde un principio le atrajo el mundo del pastor. “Se trataba de conocer una forma de vida diferente”. Con esa idea en la cabeza se fue en busca de un pastor a Uharte Arakil, y allí “todos me hablaban de Ricardo, que seguía haciendo el pastoreo de la forma tradicional, subiendo a la sierra y trabajando allí con las ovejas. Le busqué, le propuse el reportaje y como buen pastor, algo cerrado, me costó. En las primeras fotos no quería salir, en muy pocas se le veía la cara... y poco a poco fuimos entrando en su mundo”, reconoce. “En las fotos este hombre está en mitad del campo, con un cercado de piedra, su perro y cuatro gallinas que le hacen compañía”, recuerda Iñaki.

A este fotógrafo le tocó después cubrir para la prensa el concurso de perros pastores de Uharte Arakil, “y vi que tenía más cosas para hacer. No deja de ser algo anecdótico, porque apenas hay pastores entre los participantes, es gente que tiene perros y le gusta esta historia. Pero también está recogido en el libro”. Para completar el retrato, faltaban “otra parte fundamental de la vida del pastor, el tiempo de partos” y “cómo se esquilaba antes con tijera, para lo que Ricardo me hizo una demostración”. Esos ingredientes completan la exposición con alrededor de 50 fotografías, 10 en formato panorámico.

“una vida durísima” Por su parte, Ion Orzaiz recuerda que hace 10 años, cuando Iñaki le propuso hacer el libro, “me tiré de cabeza. El punto de partida me pareció muy interesante. Nos vamos un día a la sierra de Urbasa y nos perdemos por ahí, que de hecho nos perdimos, y estamos un tiempo con el pastor para que nos enseñe cómo vive en la borda. Descubrirlo de primera mano fue un shock bastante grande. Era una vida durísima, y lo único que tenía para estar comunicado con el mundo era un transistor”. Se acuerda también de “cómo la clavaba” para saber cuándo iban a nacer los corderos o si habría algún problema”, de “la relación entrañable y la complicidad” de Ricardo con su perro, o de “cómo estaba alerta, vigilante para que no se frustrase su modo de vida, porque dependía completamente de las ovejas. Él nos hablaba del peligro. Si dejas de vigilar a las ovejas un rato ya tienes una avería... por ejemplo si aparecen buitres se te despeñan por un barranco, y eso te puede pasar en cuestión de 10 minutos de distracción”. Goikoetxea subía al monte entre marzo y junio, mientras duraban los pastos. Y cuando se acababa la hierba fresca bajaba al pueblo a pasar el invierno, “meses más confortables con una vida más normal”, dice Ion.

La muestra se puede visitar hasta el 29 de marzo, de martes a viernes de 10.00 a 13.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas, excepto el viernes por la tarde. “Invito a la gente a que se acerque. Es algo auténtico, que ya no se hace. Se expresa una forma de trabajar que es muy difícil de ver. Ricardo decía que cuando era crío había unas 110 bordas, 110 familias que mandaban a alguien allá arriba. Hace 10 años solo quedaban 12 bordas, y si te descuidas ahora ni hay”, finaliza Iñaki.