pamplona - Después de años de promesas incumplidas y de proyectos urbanísticos inviables, esta semana han comenzado los trabajos para el derribo de las antiguas naves de Argal en Etxabakoitz, que se habían convertido en un espacio muy deteriorado y poco seguro tras décadas de abandono. La previsión es que los obras previas se prolonguen otras dos semanas, a partir de cuando se procederá a la demolición de los 4 edificios existentes.

El mayor cuenta con sótano, planta baja y seis alturas de pisos. Hay otro inmueble de planta baja y tres pisos usado como garaje; un pabellón de sótano, planta baja y tres alturas destinado a secadero y un edificio de dos plantas destinadas a oficinas y vivienda.

Según explicó ayer Virginia Urriza, jefa de obras de la empresa Erri Berri encargada de la demolición, los trabajos han comenzado por la limpieza de las naves y acondicionamiento de la parcela, con más de 7.600 metros cuadrados. En estas labores se incluye la retirada de algunas estructuras que contienen amianto.

Si los plazos se cumplen, a mediados de junio se procederá a la demolición de los 4 edificios, comenzando por el que se encuentra más cercano a la carretera de salida hacia Zizur.

Los años de abandono y el paso de tiempo habían ido dejando su huella en el edificio, cuyo estado de conservación y los actos vandálicos fueron deteriorándolo progresivamente hasta terminar por convertirse en un riesgo potencial para la seguridad ciudadana, además de un foco de infecciones e insalubridad por los materiales y basuras acumuladas durante décadas.

Varios operarios llevan varios días en el interior de las naves para supervisar las instalaciones y las canalizaciones existentes. Una pequeña grúa se encargó ayer de acondicionar los accesos antes de que comiencen los derribos.

La fábrica de Cárnicas Argal mantuvo su actividad en la avenida de Aróstegui hasta su traslado a Lumbier en 1971. Dada la estratégica ubicación del terreno, muy pronto se convirtió en objeto de deseo urbanístico, al que UPN dio forma en 2010 con un Proyecto Sectorial de Incidencia Supramunicipal (PSIS) que vinculaba el desarrollo de la zona al proyecto ferroviario del Tren de Alta Velocidad y la futura estación de Pamplona.

fin de la burbuja El tiempo demostró que no era viable. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria (se habían previsto 7.875 viviendas en Etxabakoitz) y la inexistencia de un proyecto concreto para el nuevo trazado ferroviario confirmaron la imposibilidad de llevarlo a cabo, con el perjuicio que esto suponía para el desarrollo urbanístico del barrio.

El actual Ayuntamiento, consciente de que no podía prolongarse la situación a la espera de un proyecto que nunca llegaba, decidió junto al Gobierno de Navarra proceder al acondicionamiento de la zona sin esperar al desarrollo del PSIS. A tal efecto, en el seno del Consejo del Consorcio Alta Velocidad-Comarca de Pamplona se acordó adelantar el derribo a las obras de urbanización, con unas obras que serán sufragadas por el Ayuntamiento y que posteriormente serán repercutidas entre el resto de miembros del Consorcio.

Acuerdo. El Consorcio del TAV, en cuyo seno se acordó adelantar la demolición de las naves de Argal, es un órgano creado en 2007 por el Gobierno de Navarra y los ayuntamientos de Pamplona, Zizur Mayor y Cendea de Cizur para la gestión y desarrollo urbanístico integral del PSIS.

Erri Berri. A la licitación para la demolición se presentaron cuatro empresas y la propuesta fue a favor de Construcciones y Excavaciones Erri Berri S.L. por un importe de 153.827 euros (IVA no incluido). El plazo para la realización de los derribos es de 4 meses.

Primeros problemas. Aunque no llevan mucho tiempo trabajando en el lugar, los operarios de la empresa encargada de la demolición han sufrido la sustracción de algunos materiales de trabajo y del combustible de las maquinarias.