El vecindario del Casco Viejo de Iruñea celebró ayer su día y reclamó que se le dé prioridad ante problemas como la gentrificación o el turismo y el ocio nocturno desmedido. Con cincuenta actividades para todas las edades, repartidas en 24 plazas y calles, Alde Zaharra reivindicó un lugar por y para las personas que lo habitan.

La fiesta arrancó con el pregón de la Corporación txiki a las 11.00 horas en la plaza Santa Ana. Poco a poco, la música fue despertando el ambiente allá por donde pasaban las charangas. También los gigantes emprendieron su paseo y las calles del Casco Viejo se llenaron de niños y niñas a su paso al ritmo de los txistularis.

Roberto Martínez y Ángela Sánchez acudieron desde Etxabakoitz Norte para disfrutar de un ambiente que consideraron “muy animado”. “Hemos aprovechado la mañana para venir con los críos a pasear junto a los gigantes y joaldunak”, explicaron.

MÁS QUE FIESTA Con el despertar de la juerga a base de charangas, dantzas, conciertos o gigantes, las reivindicaciones del barrio también empezaron a hacerse ver bajo el lema Un barrio vivo es en el que se puede vivir. David Urra reside en Jarauta y opina que “hay temas como la gentrificación, el turismo o el ocio que se deberían trabajar para que no tengan una repercusión negativa sobre la convivencia del vecindario”.

Urra es miembro de la comisión antisida del Casco Viejo, que ayer aprovechó la ocasión del día del barrio para instalar un puesto de información en Mercaderes. “Participamos en el barrio activamente como parte de los colectivos y hoy estamos repartiendo material preventivo como preservativos dentro de una campaña de salud sexual”, concretó.

En la mesa informativa de al lado se encontraban Xabi Martinez de Lezea y Edurne Lizarraga, profesores del euskaltegi Arturo Campion de Ika, situado en la calle Comedias. “Todos los años venimos a informar sobre nuestra actividad, y este año hemos repartido y agotado unos vales para clases de iniciación en euskera gratuitas que impartiremos el próximo viernes”, explicó Martinez de Lezea. Su compañera Lizarraga, además, es también vecina de la calle Estafeta. Ella coincidió con Urra en que “hay proyectos que traerán a demasiados turistas y habría que lograr que los vecinos sintamos que el barrio es nuestro espacio vital”.

Esta demanda estructural, unida al ambiente festivo, no impidió que algunos turistas que ayer estuvieran de paso también pudieran disfrutar del animado ambiente. Lejos del turismo invasivo se encuentra el modelo de viaje de Heather Devino y Vaughn Dourado, dos peregrinos que terminaron el viernes en Jaca su etapa del camino de Santiago. Antes de visitar Donostia, aprovecharon su paso por Iruñea para hacer una parada de unas cinco horas y dar una vuelta con sus mochilas por la parte vieja. “Nos gustan mucho las estrechas calles, su arquitectura y el ambiente que hay”, afirmaron mientras seguían el pasacalles de la peña Muthiko Alaiak.

En ella se encontraba con su trompeta Pello Belaskoain, vecino de Alde Zaharra y miembro de la sociedad. El pamplonés aseguró que le gusta “el ambiente que se forma en el barrio con actividades tan a menudo, pero es cierto que a veces parece un parque temático”.

En ese sentido, Gorka Izko, miembro de la Arrano Elkartea observa que “se ha creado mucha polémica a causa de la gran cantidad de pisos para turistas”. Mientras repartía en Navarrería raciones de los 25 kilos de relleno con tomate que cocinaron junto a la peña Irrintzi, declaró que su postura es la de “reavivar el barrio y hacer de él un lugar decente, en el que haya dinámicas vecinales bonitas a lo largo de todo el año al margen del modelo de turismo impuesto”.

Corporación txiki. Al igual que el año pasado, los niños y niñas integrantes fueron los encargados de inaugurar la jornada festiva.

Reparto de relleno. Un año más, Arrano Elkartea y la peña Irrintzi volvieron a cocinar y repartir 25 kilos de relleno con tomate, además de vasos de vino y pan.

Mesas informativas. Los distintos colectivos del barrio tuvieron la ocasión de instalar puntos de información en Mercaderes.

gorka izko “queremos reavivar el barrio con dinámicas todo el año”

Un gran número de vecinos y vecinas del Casco Viejo coincidieron ayer con el lema de la jornada: Un barrio vivo es en el que se puede vivir.

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Años hace desde que la asociación de vecinas y vecinos de Alde Zaharra creó el entonces llamado Día del Vecino/a, en 1992.