pamplona - De la euforia de la noche electoral por los espectaculares resultados obtenidos por Navarra Suma en Pamplona, por encima del 40% de los votos y a un concejal de la mayoría absoluta, se ha pasado en unas pocas horas a la incertidumbre de saber si serán suficientes para que Enrique Maya recupere la Alcaldía.

Superada la lectura inicial, que dejó la clara derrota del cuatripartito al pasar de 14 a 9 concejales y con dos de sus formaciones fuera del Ayuntamiento, la preocupación entre la derecha ha ido en aumento al comprobar que la opción para un gobierno municipal de progreso entorno al PSN no termina de desaparecer en el panorama local. Por el contrario, ha subido enteros después de que el alcalde en funciones Joseba Asiron dijera el martes que hará todo lo posible para evitar que Maya sea el próximo alcalde.

Para que esto suceda, la única opción viable pasa por que los 7 concejales de EH Bildu y los 2 de Geroa Bai voten a la candidata socialista Maite Esporrín si ésta mantuviera su decisión de presentarse a la sesión de investidura del 15 de junio, en la que alcanzaría la mayoría de los 14 votos con los 5 que aporta su grupo.

La otra posibilidad -que Joseba Asiron liderara el frente progresista, a lo que se ofreció él mismo- está descartada por el veto del Partido Socialista a pactar con la izquierda abertzale y por la imposibilidad que supone encabezar otro proyecto político tras no haber podido revalidar el suyo, pese a los buenos resultados de EH Bildu, con 26.691 sufragios (24%) y una subida de 2 escaños.

El candidato de Navarra Suma lo reconoció ayer por la mañana en las dependencias municipales del grupo regionalista, tras acabar la reunión a la que acudieron los representantes de la coalición derechista que resultaron elegidos el domingo. “Me preocupa porque esos números pueden dar. Lo que sí puedo decir es que no hay posible acuerdo del PSN con EH Bildu si no hay unas condiciones previas acordadas. No me creo que EH Bildu le vote a Esporrín sin más, algo tiene que haber detrás y lo tendrían que explicar. Nadie se creería que alguien con 7 concejales le dé la Alcaldía a otro con 5”.

Cuando se le recordó el antecedente de 1979 en el Ayuntamiento de Pamplona, cuando en similares circunstancias la izquierda abertzale (entonces Herri Batasuna) hizo alcalde al socialista Julián Balduz, Maya dijo que “eran otras circunstancias, otro momento, las primeras elecciones democráticas. Han pasado 40 años y yo lo que me guío es por cómo ha sido la oposición de Maite Esporrín, muy dura contra Bildu, y no me entra en la cabeza después de lo que he vivido en este mandato de Asiron, que pueda darse la vuelta de tal manera que la alcaldesa acabe siendo Esporrín sin más. No lo veo factible, Pamplona se vería muy resentida”.

el compromiso de asiron Con respecto a la posibilidad de que la candidata socialista recibiera los votos de las dos formaciones nacionalistas sin ningún tipo de contrapartida, con el único objetivo de impedir una Alcaldía de la derecha, Maya señaló que “si Asiron dijo que hará cualquier cosa antes de que yo sea el alcalde él sabrá lo que hace. Para mí la política no es eso, pero me preocupa que nadie está hablando de Pamplona. Esto se está convirtiendo en una especie de juego político en sí mismo, que es lo que también hace a veces los ciudadanos acaban un poco harto. Ni me imagino un acuerdo político entre PSN y EH Bildu, por lo que podría suponer para las escuelas infantiles o la ordenanza de euskera. Esto es lo triste, que no se habla de proyectos concretos”.

El hecho de que Asiron no descartara expresamente dar sus votos al PSN, cuando se refirió a poner todos los medios para dejar sin alcaldía a la derecha, no pasó desapercibido a Maya: “No lo dijo, lo que entiendo como una forma de juego político, una partida de mus en la que nadie quiere enseñar sus cartas hasta el día 15”.

Aunque es consciente de que su nítida victoria puede que no le valga para volver a la Alcaldía, Maya confía en que así será finalmente. “Hemos tenido un apoyo muy grande, a punto de la mayoría absoluta, valorando nuestro trabajo en la oposición y hay una mayoría que quiere que gobernemos nosotros. Es conveniente que nadie lo olvide, porque lo otro sería un acuerdo incógnito, pero pienso que EH Bildu terminará votando a su candidato”.

Otro aspecto que le preocupa es la actitud del PSN, que pese a la oferta planteada para buscar un acuerdo que le diera la Alcaldía sigue sin respuesta. “El mismo lunes estuvimos charlando unos minutos y le reiteré -a Maite Esporrín- la opción de llegar a algún tipo de acuerdo, sin ninguna limitación. Puede ser un acuerdo simplemente de investidura, un acuerdo de gobierno o acuerdos puntuales, que pasaba siempre porque yo fuera alcalde, claro. La respuesta es que ya hablaríamos y en esas estamos. Cada uno tiene sus ritmos, pero ahora es ella la que tiene que posicionarse sobre el planteamiento que le hice”.