PAMPLONA. Cuatro operarios han comenzado este lunes la colocación del vallado del encierro de sanfermines, una tarea que se prolongará hasta el 6 de julio y que es como un "tetrix".

Según Íñigo Aldaz, encargado de la carpintería familiar que se ocupa de este trabajo, todas las piezas "están marcadas y cada una tiene su sitio".

"Es como un tetrix: si falta una pieza se paraliza el vallado", ha dicho, y explicado que si no colocas un poste no puedes poner tampoco los tablones entre postes y si falta un tablón, tampoco el de al lado porque se caería.

Este año el montaje ha comenzado por el callejón de acceso a la plaza de toros, aunque en otras ocasiones lo han hecho por los corrales de Santo Domingo, ambos puntos final e inicio de los encierros del 7 al 14 de julio.

Una semana antes lo han revisado para comprobar el estado de la madera y ver si era necesario sustituir alguna pieza, aunque no suele ser habitual, según ha indicado Aldaz, quien ha añadido que aunque hay alguna estrenada el año pasado otras muchas tienen 30, 40 y hasta 50 años.

Para su colocación tienen en cuenta "la vida de la ciudad" ya que intentan "estorbar y molestar lo menos posible", de ahí que vayan saltando de unos tramos del encierro a otros en función de la actividad y el tráfico.

En total desde hoy y hasta el 6 de julio, el mismo día del cohete de sanfermines, montarán 900 postes, 2.700 tablones, 2.500 cuñas y 70 puertas de distintos tamaños.

Una actividad que antes se hacía solo una vez al año, para las fiestas, pero que ahora debido al rodaje de distintas películas relacionadas con los sanfermines han tenido que repetir incluso en invierno.

Lo que sí se repite año tras año cada día de sanfermines es la revisión antes del encierro de todo el vallado para confirmar que todo está en su sitió y ajustar lo que se requiera, no solo para que el vallado pueda aguantar el embiste de los toros sino también la fuerza y el peso de la gente que se sube sobre él.