En 1920 Antonio Aróstegui, natural de Arive, visitó en Buenos Aires una obra salesiana. Volvió entusiasmado con lo que vio allí y prometió construir en su tierra, Navarra, una Escuela de Artes y Oficios. Un año más tarde la familia de Antonio Aróstegui y los salesianos compraron la actual parcela en el Segundo Ensanche en una subasta pública del Ayuntamiento de Pamplona. Las obras comenzaron en 1922 y para 1927 la escuela quedó inaugurada con 52 alumnos que se matricularon en los tres cursos que se ofertaban: sastrería, carpintería y mecánica. Los dos últimos han sobrevivido hasta nuestros días, a los que se les han unido los departamentos de Electricidad y Electrónica y el de Artes Gráficas. En definitiva, el centro se ha ido adaptando los tiempos y a la demanda de la industria navarra. Además de por su gran oferta profesional, a lo largo de su historia el colegio Salesianos también ha destacado por sus numerosas actividades extraescolares y su labor de inclusión social. En 1934 se inició la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos, en 1957 inauguraron el Trofeo Boscos en Campo, en 1986 abrieron el Club de Tiempo Libre Antitele, y en 1992 inauguraron una delegación de la ONG Jóvenes y Desarrollo. Hoy en día cuentan también con un club de teatro, un equipo de tiro con arco, proyectos pastorales. Toda esa obra le ha valido numerosas condecoraciones como el Premio Navarro a la Excelencia en 2010 y el Sello de Excelencia Europea 500+, del que van camino de renovar por cuarta vez. Todo eso sin dejar de lado los principios de su proyecto educativo, conocido como el Sistema Preventivo de Don Bosco, que son la razón, la religión y el amor (afecto, cariño, acogida, presencia, acompañamiento...) y cuyo objetivo es y seguirá siendo formar “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.