pamplona - En silla de ruedas y con un aparatoso vendaje compareció ayer Rafael Rubio Luján, Rafaelillo, tras la grave cogida que sufrió el día 14 de julio, en la última corrida de los pasados Sanfermines. Ayer, el torero murciano recibió el alta en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) desde donde quiso mostrar su agradecimiento y despedirse de la capital navarra, para seguir su recuperación en un centro hospitalario de Murcia.

Muy emocionado, Rafaelillo dijo adiós ayer a Pamplona, tras doce días de ingreso, agradecido a todas las personas que se han preocupado por su estado. “Tengo que dar las gracias a los doctores y a todo el personal sanitario que me ha atendido estos días. Tanto al equipo médico de la plaza de toros, que me salvó la vida, como a todos los que han velado por mi bienestar”, expresó el torero.

Rafaelillo quiso tener un especial reconocimiento con los doctores Ángel Hidalgo, cirujano de la plaza de toros de Pamplona; Miguel Ángel Ciga, director del Área Clínica de Cirugía en el CHN; y Miguel Salvador, jefe del Servicio de Anestesia, Reanimación y Terapéutica del dolor, encargados de atender su recuperación en este tiempo. “Doctores, muchas gracias de corazón”, agradeció.

Tras toda una vida dedicada al toreo, en la que ha vivido momentos “muy duros” continuó Rafaelillo, “la cogida del 14 en Pamplona ha sido la más dura de todas con diferencia, sentía que todo se acababa”.

Tras la cornada del toro Trapajoso, segundo de su lote, el torero fue evacuado a la Enfermería de la plaza. “Pedí llamar a mi mujer y a mi hija antes de que me durmieran para despedirme de ellas por si no las volvía a escuchar”, expresó. “Afortunadamente, gracias a la intervención milagrosa de estos tres ángeles de la guarda, el 14 de julio será una fecha en la que celebraré mi cumpleaños de ahora en adelante”, añadió.

Abrumado por el cariño recibido, quiso también dar las gracias a la ciudad: “Pamplona y Rafaelillo siempre han tenido un gran vínculo, ahora ese vínculo será de por vida”. Consciente de que ahora comienza “una lenta y dolorosa recuperación”, concluyó el diestro, “me voy a Murcia, a mi tierra, y aunque seguiré ingresado estaré más cerca de los míos”.

cornada envainada El doctor Ángel Hidalgo afirmó que el torero llegó a la Enfermería “hemodinámicamente inestable”. El astado le provocó en el hemitórax izquierdo una “cornada envainada, que le penetró de lado a lado del tórax pero sin romperle la piel produciéndole fracturas costales por detrás y por delante, y en el lado derecho, fracturas costales por el traumatismo al golpearse contra las tablas”, detalló el doctor. La intervención, añadió, es “típica en la cirugía taurina, pero hay que conocerla y plantarle cara”, pues puede que no se aprecie externamente. La cornada y el posterior golpe contra las tablas también provocaron al torero la rotura de trece costillas y dos vértebras.

Rafaelillo fue operado de urgencia en los quirófanos de la plaza de toros de Pamplona y una vez estuvo estabilizado, fue trasladado al Complejo Hospitalario, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Ayer a mediodía, el torero ultimaba los preparativos para partir hacia Murcia a continuar con su recuperación. El equipo médico que le ha atendido en Pamplona calcula que “yendo todo bien, y no esperamos complicaciones a partir de ahora, un tiempo aproximado de recuperación puede ser sobre el 12 de octubre”, afirmó el doctor Hidalgo.