pamplona - Joyito, de la ganadería Puerto de San Lorenzo, fue elegido ayer jueves como "el toro más jugoso" de la Feria de los sanfermines de 2019. Fue en la XX edición de este premio, que organiza la sociedad gastronómica Gazteluleku, y en esta ocasión tuvo como jurado al cocinero del plato "Solomillo de toro con salsifí fermentado y coliflor", Francisco González, del restaurante "Cenador de Amós" en Villaverde de Pontones (Cantabria), además de a los locales Carlos Pérez Conde, Izaskun Oses, Luis Zuazu, Raquel Lezana y Juan Pedro Marco. De todos los guisos degustados el jurado ha elegido como "el toro más jugoso" de la feria de 2019 a Joyito.

El toro ganador fue lidiado en primer lugar el día 7 de julio por el diestro extremeño Emilio de Justo. Joyito pesó 610 kilos y estaba herrado con el número 53. Era un toro de capa negra y cuatreño con el guarismo 5 al haber nacido en septiembre de 2014. El toro fue manso y sin posibilidades de lucimiento. Además, fue en exceso sangrado en el primer tercio a pesar de que no se empleara con bravura. La lidia y faena fueron silenciadas tras acabar con el enorme, por alto y pesado, toro, de media estocada perpendicular. Emilio de Justo se justificó con profesionalidad y buenas maneras. La salmantina divisa de Puerto de San Lorenzo, vacada de origen de Joyito, no podrá reeditar este jugoso premio en su edición de 2021 porque no lidiará en la próxima Feria del Toro de 2020. En su debut de 2018 el hierro de Salamanca lidió una bien presentada y buena corrida, pero en 2019 bajó su nota en conjunto de forma considerable. Su ausencia será ocupada en San Fermín por Fuente Ymbro, que, después de un descanso de un año, regresa a Pamplona como uno de los atractivos y solitaria novedad en la nómina de la materia prima del serial taurino de la capital navarra. Es la primera edición de este premio del toro más jugoso de la sociedad Gazteluleku en la que sólo participan siete ganaderías y no ocho como es habitual. Cabe recordar que la corrida de Herederos de José Cebada Gago no se llegó a lidiar al suspenderse la corrida vespertina por una fuerte tormenta.